9-12-2013
Sad Song
Sad Song, así voy a titular mi película
de las estatuas de Berlín. Está mañana he estado revisando las bases y he
decidido que la voy a hacer. Esto me ha llevado a pasarme dos o tres horas
buscando estatuas a través de Google y Google Maps. Somos esclavos de Google,
como bien ironizan Los Simpson en un
capítulo de esos en los que se imaginan
el futuro de Bart y Lisa.
Han
sido casi tres horas que no me han aclarado mucho y me han hecho darme cuenta
de que para ir localizando una a una me puedo pasar los seis meses delante del
ordenador He visto que las principales están más o menos por el centro, así que
mañana por la mañana cogeré la cámara y comenzaré a callejear. También me ha hecho pensar en qué estatuas
quiero retratar y qué busco con el vídeo, pues grabar estatuas porque si
tampoco tiene un gran interés. El otro día hablaba de la memoria. Pues bien,
voy a buscar las estatuas que representen la historia de Alemania abarcando el
máximo periodo posible. Desde la estatua a Federico II el Grande (los nombres
en español son más graciosos, así que Federico se va a quedar) hasta el
Molecule Man.
Hoy
era el día de acércame a la BSI a preguntar por el curso de integración al
alemán. En un pequeño y cuadrado papel tenía apuntadas las frases en inglés que
debía utilizar. No han hecho falta. Lo que viene a ser hablar, he tenido que
hablar poco, ya se ha encargado de contármelo todo la mujer que me ha atendido.
En resumen me ha dicho que hasta febrero no podría empezar las clases en la
BSI. El jueves iré a preguntar en esa otra escuela de nombre impronunciable que
es la Volkshochschulen.
Quería
hacer más cosas, pero con el chasco de la escuela de idiomas y el rato que me
he pasado mirando lo de las estatuas el día no ha dado para más. He aprovechado
que estaba en la residencia y he hecho varias fotografías más para La habitación blanca, que igual le
cambio el nombre y será La habitación
negra. Es increíble la oscuridad que le estoy sacando al lugar con la de
luces encendidas que se deja la gente. Como se nota que no recibimos las
facturas. Eso sí, ya me ocupo yo de ir apagando luces (aunque no tardan en
volverlas a encender). Lo importante es que para esta parte del proyecto la
idea y la línea a seguir ya está bastante clara.
También
he aprovechado para probar la grabadora de sonido. Es increíble lo que se
escucha si se presta atención y la capacidad del micrófono de atravesar las
paredes. Ha sido una prueba de ocho minutos por todo el edificio y funciona
bien. Iré acumulando grabaciones. La idea es que, ya que La habitación blanca van a ser fotografías y no vídeos, éstas, en
una posible instalación vayan acompañadas por una pista de audio de unos diez o
veinte minutos que sintetice el movimiento que se da en la residencia creando
así un diálogo entre fotografía y sonido y un ambiente envolvente de situación
en el posible espectador.
Por
cierto, ¿por qué he decidido llamar Sad
Song a mi película de estatuas? Sad Song es la última canción del disco de
Lou Reed titulado Berlin. Hoy lo he
visto en la película de Wenders ¡Tan
lejos, tan cerca! (1993). Como sabéis, Lou Reed falleció recientemente.
Este es mi particular homenaje. Pero claro, tampoco es baladí. La película
comenzará con la Pasión de Mateo (Matthäus-Passion) de Bach mientras vemos
las grandes estatuas de la Catedral de Berlín (Berliner Dom) contemplando la
ciudad desde las alturas. De esas icónicas imágenes religiosas pasaremos a las
mitológicas como la Niké[1] de la
columna de la victoria generando así un planteamiento de lectura inicial para
una compresión del resto de imágenes y estatuas que se verán a continuación.
Entre este prólogo y el resto, el título: Sad
Song, que juega a dos bandas. Por un lado, quebrando toda la lectura
primaria que se puede haber generado mediante la Matthäus-Passion combinada con las imágenes de estatuas religiosas
y mitológicas (que por consiguiente hacen referencia a deidades). Por otra,
dotando de un nuevo sentido (o un complemento que motive la reflexión del
espectador) a todo lo que vendrá después del título. Por supuesto, aquellos que
conozca la canción de Lou Reed la asociarán al disco Berlin, y así se crea una capa más de lectura. La letra también se recontextualizará,
etc. Y, también, porqué no decirlo, llamar Sad
Song a una película donde la música es el sonido urbano de Berlín ya dice
mucho también de lo que quiere decir. O, podemos hablar de que la Historia que
reflejan las diferentes estatuas es una triste
canción. Y así podría seguir, generando y generando conexiones haciendo que
un trabajo aparentemente tan sencillo como es grabar unas estatuas tenga un
sinfín de poso significante.
Staring at my picture book
she looks like Mary, Queen of Scots
She seemed very regal to me
just goes to show how wrong you can be
I'm gonna stop wastin' my time
Somebody else would have broken both of
her arms
Sad song, sad song
Sad song, sad song
My castle, kids and home
I thought she was Mary, Queen of Scots
I tried so very hard
shows just how wrong you can be
I'm gonna stop wasting time
Somebody else would have broken both of
her arms
Sad song, sad song
Sad song, sad song
[1] Como a veces soy un poco corto, ahora caigo en que
Niké, la diosa de la victoria en la mitología griega, da nombre a la marca
deportiva Nike. (Una de esos hechos que uno da por asumidos y no se pregunta
porque las cosas se llaman como se llaman. Grave error). Por cierto, Adidas se
llama así porque su cofundador Adolf “Adi” Dassler decidió cambiarle el nombre a
la empresa cuando se hizo con su control en 1948 (un nuevo Adolf al poder; y
para los que no lo sepan todavía, vivimos en un mundo imperialista dominado por
una gran potencia y donde el consumo es la nueva forma de sumisión al poder. Lo
que el fascismo no consiguió lograr por vía directa lo logró el capitalismo por
vía indirecta hasta hacer de EEUU una verdadera potencia imperial y
totalitaria. Nota: Imperio, novela de
Michael Hardt y Antonio Negri del año 2000).
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