lunes, 9 de diciembre de 2013

8-12-3013. Siempre te querré

8-12-2013

Siempre te querré

Ayer por la noche se celebraron en Berlín los European Film Awards, que emborracharon de premios a uno de mis cineastas italianos contemporáneos favoritos: Paolo Sorrentino. Su última película, La grande belleza (2013) se llevó los premios a mejor película, mejor director, mejor actor y mejor montaje. El film es, dicho en dos palabras, una revisión particular de La dolce vita (1960) de Fellini en el contexto de decadencia actual.

Una de las primeras película de Federico Fellini fue I vitelloni (1953), aquí traducida como Los inútiles. Hoy me he sentido realmente un inútil. Aprovechando que era domingo quería hacer tareas del hogar como poner la lavadora. He subido al piso de arriba, que es donde se encuentra, y he seguido las indicaciones que me comentó Irene cuando me la presentó. En aquel momento ya sabía yo que esa lavadora y yo no íbamos a ser muy amigos.

Tenía ya puesta la temperatura en un lugar adecuado, pero yo he seguido el consejo de Irene y he llevado la rueda al lado contrario. He metido la ropa y la he dejado dando vueltas. Unos cuarenta minutos después he subido para recoger la ropa pero la máquina seguía al mismo ritmo lento y desesperante al que la había dejado. Mientras intentaba echarle un conjuro con mi mirada para que el programa se detuviese ha entrado en la cocina (camino del baño, nuevamente) una chica que todavía no conocía. Es un poco más mayor que los demás, y más alta, y con el pelo rizado, y más coqueta: cada vez, de las tropecientas, que he subido a ver como avanzaba la lavador, estaba haciendo algo diferente en el cuarto de baño: ducha, dientes, pelo, váter, limpiarlo, ponerse las botas… (no es que la haya estado espiando, es que o bien la escuchaba, o bien tenía la puerta abierta). Y yo (y todos los demás) con estos pelos.

Ha sido en este encuentro en el que me he sentido más inútil que nunca con mi inglés. Se ha presentado, pero ya no recuerdo su nombre. Yo le he dicho el mío, pero tampoco creo que lo recuerde. Me ha dicho que llegó la semana pasada y que si yo estaría aquí mucho tiempo. Le he dicho que seis meses. Hasta ahí todo bien. Pero me he hecho un lío cuando le he querido decir que yo también llegué la semana pasada (es domingo y lo hemos tomado como que ya había pasado una semana). He confundido el “next” (siguiente) con el “last” (último/a) y yo me he empeñado en repetirle: “I arrived the next week” (llegué la semana que viene), lo que viene a ser toda una incongruencia gramatical. Pero bueno, al final nos hemos entendido. La frase “my english is very bad” siempre lleva sonrisa y compresión.

Ha sido peor cuando le he intentado preguntar si sabía cuanto tardaba la lavadora, porque ya llevaba una hora y era preocupante. También, no sé cómo, al final me ha entendido y me ha dicho que no lo sabía, que no se había fijado (evidentemente) y que la deje girando y ya se apagará. Después de dos horas he decidido utilizar el programa que estaba puesto cuando he subido. Ahora sí, otra hora después la lavadora ha terminado. Espero que no me haya encogido la ropa. Hay que saber encontrar la forma adecuada para cada situación.

El problema al hablar con mis compañeros de residencia no es la compresión, pues si no me dicen frases enrevesadas o me hablan muy rápido no hay problema. La dificultad está en la expresión. Habrá que salir más al comedor y practicar. Es en estos momentos en los que uno piensa que como en casa en ningún sitio.

Luego, por la noche me he puesto la primera parte de una película que me recomendó Pilar: La mejor juventud (2003) de Marco Tullio Giordana. Una película italiana con cuyo protagonista era imposible no sentirme identificado (al menos en sus años de juventud). Cyril, si estaba en la habitación de al lado, igual ha pensado que le engañé al decirle que era español y no italiano, pues la primera película que he podido ver en la residencia es italiana, y aunque el volumen no estuviera muy alto suele escucharse todo.

En fin, hoy la cosa iba de italianos. Y así ha sido también al mediodía. He aprovechado el día para hacer el cartel y comenzar a enviar a festivales un cortometraje que grabé a finales de octubre (creo. Bueno, de editarlo lo terminé a mediados de noviembre). Se llama Siempre te querré, y es una particular revisión de la película Te querré siempre (1954) de Rossellini en el contexto de decadencia actual.


El cortometraje se grabó en un día, de manera improvisada, tal como me gusta hacer estas cosas. La idea me vino nada más recorrer unos kilómetros en el coche camino de buscar robellones con mis padres. El silencio, la letra de las canciones, el paso del tiempo, la ruptura de la rutina pero la cotidianidad de las relaciones… un chispazo de luz suficiente para activar mis neuronas y buscar una historia de la nada. Del Te querré siempre de Rossellini solo he utilizado la idea que mi imaginario fílmico recordaba: una pareja de mediana edad en crisis conduce hasta Nápoles. La semilla que le servirá a Antonioni para su indispensable trilogía sobre la incomunicación. Así, partiendo de esta premisa y utilizando a mis padres como no-actores sin darles indicaciones, cada plano que grababa tenía que llevarme a construir esa historia completamente inventada sobre la marcha.

No hay un plano que no denote un significado. Otra cuestión es que sea más experimental o menos. La verdad es que me es difícil calificarlo. ¿Es una ficción? Sí, pues de fondo hay una historia narrativa que nada tiene que ver con la realidad. ¿Es un documental? También, pues al fin y al cabo son mis padres buscando robellones. ¿Es experimental o artístico? Por supuesto, lo importante es la plasticidad de cada encuadre, su tempo, la contemplación, el significado de la imagen, el sonido del bosque…. Quizás mis cortos no tienen mucha salida por esta razón, pues son una mezcolanza de todo el abanico que puede ser el cine (consecuencias de que me guste ver de todo). Ya de por sí, pienso que es algo diferente y, mínimamente, relevante en nuestro panorama cinematográfico. Pero son opiniones personales, y como ya dijo Clint Eastwood: “las opiniones son como los culos, cada uno tiene el suyo”.


Me voy a mojar y voy a decir los festivales en los que lo he presentado. Lo hago porque ya de partida,  por las razones comentadas antes y porque no hay detrás una productora (es 100% independiente y autoproducción), lo veo complicado que se cuele en alguno de estos: Redondela en Curto, Ecozine Film Festival, Cinema Jove, Festival de cortos de Rodinia, Medina del Campo Film Festival y Festival de Málaga.

Como por arte de magia, la ¿casualidad? ha dejado caer justamente hoy en mis manos una “Call for entries” para video-artistas aquí en Berlín y que creo que forma parte de la Berlinale. Lo he leído por encima y creo que si lo envío me lo proyectarán. Pero como me decía siempre mi profesora de la autoescuela: “Adrián, tu crees en muchas cosas”. Mañana lo miro bien y presentaré Siempre te querré.

Unos instantes después me ha llegado otra notificación: un “Open Call For Submissions” para obras de arte contemporáneo que tengan que ver con el paisaje urbano de Berlín. Adelante mi vídeo de las estatuas. Mañana miraré bien hasta cuando puedo presentarlo y me pondré con ello (espero que no sea la semana que viene).

A todo esto, hoy que debía ser un día de descanso lo he aprovechado bien. He decidido, después de darle vueltas, que la parte del proyecto La habitación blanca no será una pieza de vídeo sino una serie de fotografías. La pieza consistía en grabar la residencia vacía y ver como la gente afectaba al espacio. La falta de luz (que ahora con el invierno irá a más) y la falta de movimiento por parte de los residentes, hacen que los planos parezcan fotografías. Tampoco quiero hacer el típico vídeo time-lapse. Será más interesante una serie fotográfica de rincones y objetos que habitan la residencia y, si, también, como van cambiando con el paso de los meses. Será una forma más entretenida e intensa de verlo antes que un aburrido vídeo de quince minutos poco original. Hay que saber encontrar el medio y la forma adecuada para cada proyecto.



PS: También he empezado a escribir mi primera correspondencia fílmica (otra parte del proyecto). Pero de esto hablaré mejor cuando la tenga en marcha.

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