viernes, 8 de noviembre de 2013

El proyecto


1. Objetivo.
Desaparezca aquí es una reflexión interna del yo hacia el mundo y las relaciones entre personas y espacios partiendo de las tres técnicas del yo establecidas por Foucault: cartas y revelación del yo (correspondencias), examen de sí y de conciencia (Autorretrato), y, la askesis: “consideración progresiva del yo, o dominio sobre sí mismo no a través de la renuncia a la realidad sino a través de la adquisición y de la asimilación de la verdad”.

La askesis guía este proyecto que sienta su base en la intención de un crecimiento personal en la exposición del individuo con dificultades en la interacción social a una relación con el resto de artistas dentro de la Residencia GlogauAir, imprescindible para llevarlo a cabo. El objetivo es indagar hasta que punto el individuo logra hacer desaparecer patrones de conducta que le impiden generar relaciones naturales. Partiendo de esta premisa se generan una serie de ideas que vehiculan en torno a la desaparición, y que van abarcado campos más amplios en cada pieza: la desaparición del yo-persona a favor del yo-obra artística (o cómo se refleja nuestra personalidad e ideas en la obra de arte, simplificando); la desaparición o fusión de la persona con el hábitat en el que debe participar (la adaptación de la personalidad en base a los intereses que hay en juego y el contexto que se genera); la desaparición y/o transformación del espacio y la apropiación del mismo por del individuo.

Una residencia de artistas implica, como mínimo, dos aspectos relevantes: la interacción entre personas de diferentes geografías y culturas; y la exposición de un pensamiento crítico y personal sobre el mundo. Lo que permite una confrontación entre el concepto del yo y el de globalización. Otro aspecto que se trabaja en Desaparezca aquí. De esta manera la Residencia GlogauAir actúa como un microcosmos en el que los artistas que la habitan deben adaptarse al lugar y al resto de habitantes. El interés reside en cómo estas personas lo van logrando, al mismo tiempo que defienden su personalidad y su visión del mundo, particular en cada uno, especialmente entre artistas.

Esto da lugar a las cuatro piezas, cada cual parte de esta premisa pero ahonda en otras muchas, que a su vez forman una posible instalación:

1.1. La habitación blanca.
La Residencia GlogauAir como un lugar habitado por fantasmas que la van transformando con sus actos. La Residencia GlogauAir como un lugar vacío, pero vivo. Esta pieza incide en el vacío y el paso del tiempo, cómo el espacio en sí mismo se transforma en función de los diferentes aspectos que incurren en él.

La habitación blanca consiste es una pieza de videoarte de mediometraje (40’ aproximadamente) que retrata la Residencia a través de las luces del día, la composición de los espacios, los diferentes elementos que se encuentran, sus texturas y los sonidos que habitan el lugar. Durante los meses de grabación, el uso que el resto de los artistas harán de la casa provocará inevitables cambios en el lugar, que se irán registrando. Para la grabación se utilizará una cámara réflex con objetivos de diferente profundidad focal, otorgando una mayor plasticidad a la imagen.

La intención es lograr una sinfonía rítmica y dramática del espacio interior, captar la vida de la residencia a través de aquello que la va transformando y no de quién. Esta pieza se contrapondrá con la última, Jardín.

El interés está en el espacio mismo y en que sus habitantes son artistas. Jugando con el estereotipo del artista, el público se generará previamente una idea de cómo puede ir transformándose el hogar. Por ejemplo: puede pensar que las habitaciones se llenarán de cuadros. El arte contemporáneo abarca diferentes disciplinas y modos de actuación, con lo que es una sorpresa, tanto para la grabación como después para el espectador, como el artista ha incidido realmente en el lugar. Al mismo tiempo, al desconocer la identidad de las personas que van transformando el lugar, también se genera una idealización del artista, que en esta ocasión se confrontará con la segunda pieza La habitación roja.


1.2. La habitación roja.
Esta pieza se centra en los artistas que residen en la Residencia GlogauAir. Un ejercicio de cine directo, de observación sin intervención. Lo importante es cómo los habitantes de la Residencia se relacionan entre ellos, y cómo es el funcionamiento interno del lugar a todos los niveles. El autor de la pieza debe convertirse en la “mosca en la pared” y desaparecer entre el resto de los artistas mientras realizan su actividades diarias y se centran en sus respectivas creaciones.

La habitación roja consiste en una pieza de video documental de larga duración que incide en la Residencia como institución, el funcionamiento que hacen de ella los artistas y las relaciones que entre estos se generan. Esta grabación se realizará mediante una cámara de vídeo digital, permitiendo una mayor agilidad y una diferencia plástica con la pieza anterior. Si La habitación blanca hacía hincapié en el cambio del espacio y como le afectan los cambios lumínicos o el movimiento dentro de un plano fijo; en La habitación roja la importancia reside en la plasticidad del movimiento de los personajes en coreografía con la cámara, creando un nexo entre el cine directo y el chorecinema.

Diferentes situaciones de interés pueden derivarse del retrato de un hogar cuyo funcionamiento bascula entre un necesario rigor de convivencia y orden con una inevitable espontaneidad y maneras de actuar de artistas, siendo así, la GlogauAir un lugar idóneo para realizar un documental de estas características siguiendo la estela de Frederick Wiseman.

Pero no solo esta situación puede generarse. La personalidad de los individuos puede chocar con las intenciones de esta pieza, poniendo en juego el concepto de invisibilidad que pretende el autor. Así, un lugar con estas características pone en el límite las intenciones pretendidas, y lo que se plantea como un ejercicio de observación y adaptación a la realidad puede virar en una pieza de interacción improvisada de cinéma vérité. El arte (fílmico, si nos centramos en este caso) se debe a la improvisación y la adaptación, partiendo de una sólida preparación. Pero a diferencia de la primera pieza, La habitación blanca, en ésta la relación con el resto de individuos y las situaciones que pueden darse, hace que la pieza La habitación roja no pueda ser concretada de partida, invirtiéndose la posición artística del autor a diferencia de la pieza anterior. De la misma manera que choca con la pieza siguiente: La habitación negra.


1.3. La habitación negra.
Como vemos, una pieza lleva a la contraposición de la anterior. En esta ocasión, es el retrato a cámara de los diferentes artistas que habitan en la GlogauAir lo que da forma a la obra. Los artistas son los protagonistas, sus palabras, sus gestos, sus silencios…
La habitación negra consiste en una pieza de videoretratos utilizando la cámara Harinezumi2 que da una textura Super-8 al vídeo digital. Los retratos, en 4:3, formato cuadrado, remiten al cine mudo y la importancia del gesto, y a lo puro y lo primitivo, que es lo que guía al artista: sus pensamientos y sus reflexiones sobre el mundo.

De esta manera, los diferentes retratos comenzaran sin sonido, donde la importancia recaerá sobre la gesticulación del personaje. Las personas nos hacemos ideas preconcebidas sobre como son los demás cuando nos fijamos en su ropa, en sus gestos, en su peinado… Así pues, el espectador, con este comienzo de cada retrato se generara una idea sobre el personaje que luego podrá quebrarse o mantenerse cuando a éste se le otorgue voz y se escuche su discurso. Se busca hacer desaparecer la idea arquetípica que se puede generar únicamente atendiendo al retrato exterior.

Luego, los artistas hablaran de ideas y conceptos que nada tengan que ver, aparentemente, con la obra en la que estén trabajando. Hablarán sobre su procedencia, su infancia, su ideología, etc. Hablarán, en definitiva, sobre sí mismos. A medida que vayan pasando lo minutos, a modo de pixel por pixel, el rostro de cada artista irá desapareciendo del cuadro y será sustituido por la obra en la que han estado trabajo. Entonces, por asociación e identificación con el personaje retratado, el espectador podrá descifrar las claves que se esconden detrás de dicha obra. En este aspecto es un ejercicio de compresión del arte contemporáneo, que a veces se aleja tanto del público, que éste reniega y se justifica diciendo que no se entiende.


1.4. El jardín.
Al salir de la Residencia nos encontramos con El jardín, una pieza que, siguiendo la línea planteada engloba al resto de piezas que se han presentado previamente a través de la contraposición. En La habitación negra el artista daba su opinión personal, su forma de ver el mundo. En El jardín vemos ese mundo, saliendo fuera de la GlogauAir para retratar el paisaje urbano de diferentes ciudades europeas. En La habitación blanca se generaba una sinfonía rítmica y dramática del espacio interior; lo contrario sucede en El jardín, que elimina toda posibilidad de ritmo y drama más allá del que presente la realidad, yendo también a la contra de las sinfonías urbanas. Así pues, la Berlín, sinfonía de una ciudad de Walter Ruttman encuentra aquí su reverso.  Y en La habitación roja el centro de atención era el personaje y su interacción con el entorno, desde un punto de vista personal; El jardín fusiona el paisaje urbano con la persona, siendo esta un elemento más que entra y sale del espacio delimitado.

Dos fases, que generan dos visiones diferentes, se dan en esta pieza. En primer lugar, las correspondencias, y en segundo lugar, las reflexiones. El jardín se inicia con un retrato de lugares emblemáticos de Berlín y un no-lugar. Semanalmente se grabará un lugar previamente estudiado, hasta tener un total de cinco lugares: cuatro lugares emblemáticos de la ciudad, que al mismo tiempo son lugares de paso (Alexanderplatz, Tiergarten, el muro de Berlín y la puerta de Brandenburgo – a priori-); y un no-lugar (un gasolinera – a priori-).

Después de cada grabación y edición, el vídeo de cada lugar se enviará a modo de correspondencia a otros artistas ubicados en ciudades de diferentes características: Madrid (otra capital interior), Barcelona (metrópolis abierta al mar), Rotterdam (ciudad del norte de Europa y tamaño medio, con salida al mar) y Castellón (pequeña urbe). Estos lugares deberán contar con los mismos espacios que la capital alemana (una plaza central, un gran jardín, una muralla o similar, y una puerta histórica o similar). Así, se generará un mapa de similitudes y diferencias entre culturas y paisajes urbanos, que oscilará entre la Europa del norte y la Europa mediterránea, y del tamaño de las polis.

En la segunda fase, una voz externa reflexionará sobre el lugar. Esta voz procederá de los diferentes artistas de la Residencia. Cinco artistas, uno por lugar. Con la condición de que el artista que haga la reflexión sobre lo que ve, siente y piensa no haya visitado dicho lugar, para así crear tres interpretaciones del mismo: la que el artista autóctono ha realizado a través de la referencia de Berlín, la que el artista de la Residencia hace en comparación con su procedencia, y la del espectador que confronta su pensamiento ante el del artista de la Residencia y, gracias a la multipantalla, con el artista autóctono de un lugar diferente (es decir, en la pantalla izquierda puede ver la puerta de Brandenburgo de Berlín, y en la pantalla de la derecha la puerta de Alcalá de Madrid, con lo que él mismo podrá comparar y reflexionar sobre la relación entre ambas ciudades, cosa que los artistas no han podido hacer).

Como decíamos, esta pieza final engloba a las demás. La askesis, que es una combinación de la correspondencia y el retrato, es la clave en este punto. Así las técnicas del yo planteadas por Foucault que exponíamos al principio se ven confrontadas aquí. En un mundo dominado por la hiperrealidad (Baudrillard), la askesistiene su meta final no en la preparación para otra realidad sino en el acceso a la realidad del mundo. […] Es un conjunto de prácticas mediante las cuales uno puede adquirir, asimilar y transformar la verdad en un principio permanente de acción. Aletheia se convierte en ethos. Es un proceso hacia un grado mayor de subjetividad” (Foucault).

Por ello, el método de grabación de esta pieza será con una cámara de teléfono móvil, paradigma de la confrontación entre yo y el mundo. La calidad y usabilidad de los teléfonos móviles y las tablets han convertido a cualquier turista en un retratista del paisaje urbano. Muchos lugares han perdido su valor y se han convertido en un icono debido a la explotación que la fotografía y el vídeo han provocado en la era de la reproductibilidad técnica de la que hablaba Walter Benjamin, y ahora, en un era donde el digital ha saturado el concepto de reproductibilidad. Mediante este trabajo se pretende buscar un retrato artístico de estos lugares, volviendo a encontrar su esencia. Cada pieza de cada lugar tendrá una duración de entre 3’-10’ (a priori) siendo el conjunto de piezas de cada ciudad entre 15’-50’ (a priori). Cada artista tendrá libertad absoluta para hacer el retrato paisajista de su respectiva urbe.

1.5. Instalación.

Desaparezca aquí, en su conjunto puede presentarse de diversas formas, y en diferentes plataformas debido a su carácter digital. Desde una larga pieza única de video donde se vayan sucediendo las piezas, hasta en cuatro pantallas, cada una con una pieza. Pero, la forma ideal, y por la que se estructura en salas (Habitaciones y jardín) es la de instalación con un recorrido marcado por el paso de estancias, que seguirá el orden presentado.

Las dos primeras habitaciones serán salas de proyección. En el caso de La habitación blanca, la sala estará pintada completamente de blanco, llevando más allá el trabajo con la luz y las texturas de la pieza en vídeo, actuando como una ventana en una habitación real, es decir, donde el espectador es consciente en todo momento de que se encuentra en ella, alejándose de las intenciones de las salas negras que invitan al espectador a sumergirse en la oscuridad y centrarse en la pantalla como única realidad. En el caso de La habitación roja, la sala estará pintada de negro, con suaves líneas rojas que se intensifiquen en los momentos de mayor luz del vídeo, y el suelo completamente de rojo, logrando así una mayor estimulación del espectador con el visionado. Ambas salas se conciben de esta manera para activar la consciencia de la evasión a la que se ve sometido el espectador cuando entra en una sala de cine, buscando que desaparezca en un mundo reflejado en la pantalla.














A diferencia de estas dos salas de única pantalla para visionar las correspondientes piezas, La habitación negra  es un cubículo multipantalla donde el espectador, de pie, se verá rodeado por los retratos de los artistas en una habitación completamente en negro, donde estos rostros parecen salir de la nada. Seis monitores rodearán al visitante. La sala estará invadida por un audio que mezcla las voces de los diferentes artistas, haciendo imposible el entendimiento de las mismas, y envolviendo al visitante en un caos dialéctico, disolviendo su capacidad cognitiva a fragmentos, sin permitirle pensar con claridad. Pero, entre este caos, con un volumen leve, cada monitor contará con cascos envolventes que permitan al visitante centrarse en la voz del respectivo artista, escapando del barrullo externo para escuchar la voz interna.


Para concluir, la última pieza, El jardín, se situará en el pasillo, fuera de cubículos de proyección. Estará compuesta por cinco pantallas en forma de X con Berlín en el centro. Junto a los monitores se encontrarán una serie de teléfonos, tipo guía de museo. En cada uno de ellos sonará la voz de los artistas, uno por ciudad, reflexionando sobre las imágenes que se muestran, pero sin descifrar la ciudad que es. Creando así un juego de descubrimiento por parte del visitante que asociará esa voz y esa descripción a una de las ciudades que contempla, pudiendo variar en función de lo que vaya escuchando, desapareciendo así su localización geográfica concreta y viendo el mapa como un nexo de identidades multiculturales relacionadas entre sí. Debido a que las voces estarán en inglés, se acompañarán los teléfonos con transcripciones a diferentes idiomas.

Como hemos podido ver, multitud de conceptos se abordan a través del tratamiento de una temática, la desaparición. De la misma manera, la obra abarca las diferentes posibilidades que el trabajo en vídeo puede recoger y su formas de exhibición, creando así un proyecto multiplataforma que va desde la proyección convencional hasta la multipantalla utilizada de diferentes maneras, y siempre, creando un vínculo entre espacio interno (las piezas en vídeo) y espacio externo (lugar de visionado), que, como la base del proyecto, confronta al espectador con su realidad física y el imaginario extraño, entre el yo y el mundo.