lunes, 6 de enero de 2014

5-1-2014. En el regalo de reyes habrá sangre

5-1-2014

En el regalo de reyes habrá sangre

La noche no había sido buena. El dolor me impedía dormir, así que me puse a traducir al inglés el guión/relato corto Desaparecer. Después comencé el storyboard para empezar a hacerme una idea de cómo podría ser el corto visualmente. Es muy fácil escribir sobre gente a la que le desaparecen los brazos, pero cuando tienes muy pocos medios, hacerlos desaparecer de verdad es muy complicado. Cada plano que pensaba para el storyboard lo hacía teniendo en cuenta el minimizar en la medida de lo posible, pero sin restarle intensidad, la aparición de aquellas partes del cuerpo que en el guión indica que me tienen que ir desapareciendo.

Se me han hecho las ocho de la mañana y he subido a poner la lavadora. Había alguien terminando de ducharse, por lo que la ha puesto todo lo rápido que he podido, para no cruzarme con la persona del baño y provocarle un susto mañanero. Con las prisas no he mirado el programa y he puesto uno de los largos. Casi cuatro horas ha estado lavándose la ropa. En este tiempo me he duchado, he desayunado, he subido con el libro de cuentos chilenos, he terminado de dibujar el storyboard, me he ido con Cyril ha buscar una especie de almacén de segunda mano que sólo abre los domingos pero hoy estaba cerrado, y he desayunado con él en una cafetería “francesa” donde vendían “pain au chocolat” pero las chicas que la llevaban solo hablaban alemán.


Cuando he vuelto ha casa he subido por decimocuarta vez a comprobar si la lavadora ya había terminado. Ahora sí, por fin. Me he encontrado con otra de las nuevas chicas que han llegado a la residencia. Una alemana, se llama Antje y es amiga de Hanneke. Después de tender me he puesto ha hacer pruebas para ver si puedo conseguir que mis brazos desaparezcan con facilidad utilizando la tela verde de croma. Las pruebas han resultado un fracaso, pero han salido otro efectos interesantes que podrían venirme bien para otro momento, pero no para Desaparecer. Creo que tendré que pintarme de verde limón los brazos si quiere hacerlos desvanecerse con “facilidad”. Mañana o pasado iré a comprar pinturas y, de paso, algún lienzo.

  
Haciendo pruebas casi se me han hecho las dos, y hoy me apetecía prepararme una comida decente. He cogido el portátil, lo he llevado a la cocina-comedor, he puesto a Julia Holter y he empezado a pelar patatas y calentar el agua para echar el arroz. En eso ha entrado Lye a hacerse su comida. Un día más, ya que hemos vuelto a coincidir, hemos comido juntos. Ya que tenía la música puesta le he preguntado sobre música y ha destacado el jazz. Después sobre cine, y me ha sorprendido. No sabía decirme películas en concreto, pero sí un director: David Lynch. “I love David Lynch”, le he dicho. Y hemos estado hablando de él un rato. Le he contado que ahora Lynch hace música. Como Lye no la había escuchado, he cogido el Spotify, he quitado a El hijo y le he puesto el último de Lynch: The Big Dream. Después le he preguntado que cineastas chinos le gustaban, por curiosidad, y también más o menos los mismos que a mí, los más conocidos por Europa. Lye lleva viviendo seis o siete año aquí y le gusta más el cine europeo que el asiático. Hemos hablado de Tsai Ming-liang, Hou Hsiao-Hsien, Wong Kar-wai, Jia Zhangke, Ang Lee…. Le he confesado que Ang Lee no me gusta especialmente. Ella me ha hablado de Almodóvar. Le he tenido que volver a decir lo de que no me gusta especialmente. Fuera de España sólo conocen a Almodóvar y a todos les gusta. Le he explicado que Almodóvar viene Fassbinder y éste de Douglas Sirk. Y al final ha llegado la gran revelación. Lye me ha dicho que le gusta un “filmmaker from Grease” he entendido yo.  Grease?”, le he preguntado. Y he buscado Grease (Randal Kleiser, 1978) en imdb. Se ha reído y me ha dicho que no. Insistía con el “Gris”, hasta que ha dicho “Angel… I don’t know the name, from Greece”. He saltado de la silla. “Ah! Greece!! Theo Angelopoulos”. “Yes, yes, that’s right. How is the name?”. “Angelopoulos. Is my favorite filmmaker. My last documentary is dedicated to him. I recently wrote a text about him and the new greek cinema”. Y hemos estado hablando un poco de las películas que había visto ella. Le he recomendado El viaje de los comediantes (1975). “Is one of my favorites movie”. Para rematar la jugada, después de hablarme de Angelopoulos, me ha hablado de Tarkovsky, y, por supuesto, le he dicho que tiene que ver Stalker.


Después de tanto cine de autor, he vuelto a mi habitación y me he puesto La vida secreta de Walter Mitty (Ben Stiller, 2013). Le he dedicado una demoledora crítica para Mone Monkey. He llegado a comparar su mensaje con el nazismo. Lo bueno de escribir y reflexionar, aunque sea brevemente, sobre las películas es que te hace darte cuenta de lo que realmente te ha parecido. Antes de escribir la crítica, la película me parecía simpática, pero al darle vueltas y analizar me ha parecido un horror, publicidad encubierta, hay que seguir el sueño americano, la crisis y las barreras no existen si te lo propones… y los sueños, sueños son.

Para quitarme el sabor mal sabor de boca me he puesto otro estreno que he encontrado por la web y tenía ganas de ver. Aquí, en Alemania, muchas de las películas que están saliendo ahora en España llegan tarde, y sin subtítulos en español, así que esta vez tengo que piratear. Si estuviese en Barcelona como el año pasado iría a verlas todas al cine. Enero de 2013 me lo pasé de sala en sala. Bueno, la película era La gran estafa americana (David O. Russell, 2013), que ha sido como volver al mejor Scorsese. Las películas de Russel me gustan, pero creo que no son para tanto. Me interesan, pero noto que por dentro están vacías. Suele coger géneros y marearlos, reformularlos, marcianizarlos, pero se queda ahí. El lado bueno de las cosas (2012) me gustó, pero de todas sus películas creo que me quedo con The Fighter (2010), también protagonizada por Christian Bale que, Batmans aparte, es un gran actor. Mañana o pasado escribiré la crítica del film.

Antes de ver la película me ha llegado un correo, un regalo de reyes que ha resultado ser carbón. Después de dos años, unos días antes de venirme a Berlín había hecho la última reescritura de mi libro Guía para ver y analizar: Pozos de ambición (Paul Thomas Anderson, 2007) y lo había reenviado a la editorial. Los últimos cambios y correcciones de estilo estaban a cargo de ellos, así que lo daba por zanjado hasta tener que revisar las galeradas. Pues bien, me ha llegado un correo de la editorial que me ha tocado mucho los huevos, así de claro. Después de hacerme recortar el libro en más de cien páginas, después de adaptarlo a una escritura más académica y aburrida, después de eliminar apartados completos porque algunos del consejo de redacción los encontraban forzados, después de hacer caso a cada punto y coma que me indicaban en las correcciones, después de reescribir el libro tres veces y tener que pasar tres vistos buenos… me han dicho esto:

Querido Adrián:
Había empezado ya a corregir tu libro, pero, además de diversos problemas  de redacción y estilo que ya me encargo yo de modificar, me he encontrado  con un problema que hasta ahora nunca había encontrado en ningún original. 
Y es que haces una sinopsis larguísima, pero, en el análisis, al menos en  el principio (5.1.3 y 5.1.4) no cuentas la película, sino que,  directamente, te fijas en las escenas o los aspectos más destacables, con  lo cual yo me pierdo. ¿Cuándo aparece H.W.? ¿Cuándo muere su padre? ¿Cómo  adopta Plainview a H.W.?
Tengo que confesarte que yo no he visto la película, pero tampoco había visto la mayoría del resto de películas que hemos editado y nunca he tenido ningún problema al corregir los libros porque siempre en cada uno de los apartados del análisis, además de analizar todos los aspectos relacionados con la puesta en escena, se "cuenta" el trozo de película que  corresponde al apartado.
Lo comenté el viernes en la reunión que tuvimos el Consejo Asesor de la  colección y les pareció bien que te vuelva a enviar el texto para que  arregles ese problema. Dicen que eso lo puedes hacer en un plis. Yo creo que deberías reducir la sinopsis, que debe ser solo "un resumen  claro de la trama del film, destacando sus distintas partes y los aspectos  esenciales" e incluir esa explicación más pormenorizada en el análisis.
Te envío el texto que yo tengo preparado, ya sin imágenes, que es mucho  más sencillo de manejar, para que hagas ahí las correcciones.
Lo siento, pero todos queremos que salga un libro lo más perfecto posible,  ¿verdad?
Hasta pronto. Un abrazo

No le voy a contestar mañana porque es día de reyes en España y no quiero molestar a nadie. Pero, pasado mañana les diré lo que les tengo que decir. En resumen será: que estoy aquí y no tengo tiempo para hacer esas correcciones, que los principales evaluadores les pareció bien el tamaño de la sinopsis, que si la parte descriptiva de las escenas no está en el análisis es porque me obligaron a quitar páginas y que, a elegir, como se supone que estos libros son para gente que está trabajando la película y ya sabe lo que sucede, con explicarla bien en la sinopsis no hacía falta repetirse, porque el lector es inteligente, y decidí eliminar eso antes que la parte de análisis que es lo verdaderamente interesante. Si me fuerzan mucho haré las correcciones, cuando pueda hacerlas. Si no, no. Y a la presentación del libro, si es que al final se publica y se hace presentación, no pienso ir. El libro me parece que es una mierda, así de claro. Y si quiero que se publique es porque me ha costado mi tiempo hacerlo. Un tiempo que cobraré, si es que cobro algo, con cuenta gotas y cuatro duros. Y si alguien quiere la versión completa, con todo lo interesante y lo que la hacía una guía diferente, aunque mal escrita, lo debo reconocer, la empecé a escribir en cuarto de carrera y eso se nota, le regalaré una copia o se la enviaré por email. Dudo mucho que vuelva a escribir un libro académico de este tipo. Tengo en marcha un proyecto sobre otro cineasta, y me he comprometido, pero más allá de ese no pienso volver a someterme a esta continua Sodoma y Gomorra a cambio de nada más que sentir la satisfacción y el reconocimiento de haber hecho un buen trabajo que después te destrozan. Y de satisfacción y reconocimiento no se puede vivir.

Y así, de mala leche, me voy hoy a la cama, con este infructuoso regalo de reyes que me parece a mí que si la cosa sigue así habrá sangre, o There Will Be Blood, como dice el título original de la película de Paul Thomas Anderson. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario