6-1-2014
Cara nueva y habitación nueva para
desaparecer
En un
contexto que nada tiene que ver con mis intentonas, Los Planetas cantan: “Si te esfuerzas puedes desaparecer”. En
otro contexto, diferente al de la canción de Los Planetas, y todavía más al de
mis tentativas, Manos de topo cantan: “Tú
sabes lo que hay que hacer, quiero verte desaparecer”. Con esto vengo a
decir que hoy lo he logrado, al tercer intento ha salido la buena. Ya lo dicen
los locutores de los partidos de la NBA: “Three
is the magic number”.
Antes de
eso, la mañana no ha estado vacía, una
cosa me ha ido llevando a otra y al final he hecho desaparecer mis brazos. Lo
primero ha sido afeitarme, pues anoche
en el espejo del cuarto de baño me pareció ver a Mr. Hyde. Limpiando la
cocina estaba la chica que estos días se encarga de ello. Por darle
conversación le he preguntado por la tienda Boesner para ir a comprar
materiales de pintura. Me ha indicado un lugar que no era, el Modulor, pero la
tienda era del mismo estilo, un Media Markt de bellas artes. Y he decidido
acercarme, así ocupaba la mañana.
Cuando he
llegado allí se me han puesto los ojos como platos. “¡Ahora puedo hacer cualquier cosa que se me ocurra!¡Aquí hay de todo!”,
he pensado. Enseguida he detectado un bote de pintura verde del mismo color que
mi tela de croma. Después un spray, que sería más rápido. Varios lienzos, cajas
de colores, un cuaderno con papel para pintar en acuarela, pinceles… estaba
tirado de precio, aunque al final se ha hecho la suma y mis compras se han
convertido en el regalo de reyes de mi tío, con el dinero que me ingresó en el
banco. Porque del dinero de la beca… “fumando
espero”.
A la vuelta
he reorganizado la habitación para tener más espacio para pintar. He convertido
la cama en sofá-cama, y así poder darle las dos funciones y estar más cómodo.
He empapelado la pared con papel de periódico para poder pintar sobre ella y
poder ahorrarme un caballete. Y he hecho la prueba para hacer desaparecer mi
brazo. Una capa rápida con el spray verde, grabar y editar con el Final Cut.
Perfecto. Cuando se pasa a blanco y negro la fusión con el fondo que queda
detrás es prácticamente imperceptible. Puedo hacer Desaparecer. Le acabo de enviar un mensaje a Cyril por si quiere
ser mi director de fotografía. Lo de quitarse la pintura es otra larga, larga
historia de rascar, agua caliente, lavavajillas y paciencia.
Después de
comer me he puesto a editar el primer haikumetraje inspirado en los haikus de Irene. He
utilizado de fondo música de Debussy, muy apropiada, y he jugado con la luz y
los barcos de papel teñidos de rojo. Lo importante, una vez más, el ritmo y la
conexión imagen-música. Ha salido algo delicado y sutil, como un buen haiku.
Estoy contento con el resultado. Haiku I
– Senyal, al igual que un haiku tradicional que consta de tres versos, de
cinco, siete y cinco moras, está compuesto por tres secuencias de cinco, siete
y cinco planos, respectivamente. Igualmente se sigue la poética del haiku, que
generalmente se basa en el asombro y el arrobo que produce en el poeta la
contemplación de la naturaleza.
Haciendo
tiempo, mientras esperaba a que el vídeo se subiera a Internet para poder
enseñárselo a Irene y que me corrija el texto si he hecho mal la traducción al
inglés, he empezado un lienzo en acuarela. Solo he podido darle una primera
capa de amarillo, muy suave. Es interesante pintar en acuarela, va todo tan
despacio, es todo tan sutil… creo que intentaré pintar un paisaje. De momento,
ese fondo amarillo me servirá de atrezzo
para Desaparecer.
Y entre unas
cosas y otras he conocido a la nueva coreana, la que vive encima de mí y cuyo
nombre no voy a escribir hasta que no lo vea escrito yo antes, porque si la
pronunciación ya es difícil, escribirlo será más complicado que el de Lye, que
hablando hoy con Sergio resulta que no se llama Lye, sino Liu. Y Liu debe de
ser el apellido, no el nombre, que acabo de descubrir en la web de Glogau,
recién actualizada, y que es Yunyi. Así pues, Liu Yunyi[1]
siguiendo la posición oriental de apellido y nombre.
Y para
rematar el día he escrito la crítica de La
gran estafa americana. No la he enviado porque he visto que se estrena a
finales de mes en España. La enviaré por esas fechas. Mientras tanto seguiré
por aquí con los glogauers en este carnaval de las almas con el que me
cruzo cada día. Sí, hoy he visto Carnival
of Souls (Herk Harvey, 1962).
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