viernes, 31 de enero de 2014

31-1-2014. Mudanzas

31-1-2014

Mudanzas

Día multitarea: he hecho dos mudanzas, he actuado para Cyril, he grabado una secuencia, he montado dos, he preparado la comida, he limpiado la cocina y he pintado un cuadro. Lo primero fue comenzar a editar la secuencia del maquillaje de Cyril: rápida, es breve y sencilla. Mientras trabajaba, Miny desayunaba a mi lado el sándwich de queso y huevo frito (con la yema por fuera del pan) que había intentado prepararle. Le iba enseñado los resultados y me daba su opinión. Me ha servido de ayuda, la secuencia ha quedado más corta y concreta, sin perder el tiempo en reiteraciones. 


Cuando he empezado a fregar he oído ruidos. Hanneke intentaba meter una pila de maderas de la habitación de Heyja en una bolsa para subirlas a su habitación. Antje había comenzado la mudanza al nuevo cuarto y había sacado todo lo de Hyeja fuera para que los demás rapiñáramos. He ayudado a Hanneke a subir las maderas. Cuando he bajado me he encontrado con Sergio y todos los de la oficina. Me han echado la bronca por el estado de la cocina. Es lo que tiene ser el único que les entiende en español y que así puedan expresarse más comodate. Cyril cocinó anoche, yo por la mañana. Cyril limpió lo suyo mientras yo editaba su secuencia. A mi no me dio tiempo de limpiar antes de que vieran el desaguisado. Para una vez que cocino (aunque, la verdad, ahora cocino casi todos los días). He ayudado a limpiar y me he puesto a grabar como renovaban el cuarto de Hyeja para que pudiera mudarse Antje. Una secuencia rápida de grabar, y divertida, llena de movimiento, para no dejar de pensar encuadres. Por la tarde, cuando ya tenía montada la primera parte, se la he enseñado a Miny. He pensado que todo lo que hago es muy aburrido, pero yo me lo paso bien grabándolo y creo que es divertido si no se tiene una expectativa concreta, sino que hay que apreciar la precisión de los encuadres, el corte entre planos en el montaje, el ritmo… el profílmico en sí, el cine “puro”, lo que hace que le cine sea cine. Vamos, que intento plasmar la esencia del cine desde la cotidianidad, porque toda ficción es realidad manipulada por los mecanismos cinematográficos. ¿Por qué no manipular directamente la realidad? No lo sé, ya me estoy empezando a hacer un lío. Después de grabar la limpieza de la nueva habitación de Antje, he subido a grabar el cambio de habitación de Miny a la vieja de Antje, y como ésta bajaba los trastos a la nueva. Una situación caótica alternando escenarios. Lo dicho, una grabación intensa y divertida, buscando constantemente.

Nada más terminar de importar el material al ordenador, me he puesto el traje de doctor que me ha dejado Cyril y he llamado a su puerta. Hemos ensayado las dos escenas en las que salgo. Soy buen actor mudo, pero mejor no hacerme hablar, eso nos ha quedado claro a todos. Menos mal que su cortometraje no requiere de mi voz, sólo tengo que bajar las escaleras y llamar a una chica desde la ventana de una habitación donde su amiga en coma acaba de despertar. Antje me ha confundido con un dentista. Miny se ha reído mucho y le ha quedado claro que para doctor no sirvo, no tengo el estilo. Si acaso, como doctor sexy de Anatomía de Grey, un George O’Malley. A Giulz le ha quedado claro que estoy loco, me apunto a cualquier cosa y hago de lo que haga falta. Mientras la gente se divierta, que más puedo hacer.


Se nos han hecho las cinco y Miny tenía, todavía, que poner orden en su nueva habitación, así que me he encargado de hacer yo la comida: patatas bravas con salsa brava, que he encontrado junto al alioli en el Kaiser’s, una ensalada y una lasaña de pasta y tofu. Hanneke me ha hecho compañía mientras cocinaba la suya: una deliciosa ensalada de garbanzos con queso feta. Después de comer me he ido a continuar trabajando. He terminado los detalles de la secuencia de Cyril, la he exportado y me he puesto con la secuencia de las mudanzas Antje y Miny. La he dejado a la mitad, ha sido un día agotador. De tanto en tanto, entre  render y render, pintaba un poco.  Después de cenar, he bajado otra vez a mi planta y he terminado de ayudar (mientras grababa) a Antje a entrar las cosas que faltaban. Uno se siente feliz de poder trabajar y ayudar a los demás, sin parar, durante todo el día. Pero, al final, uno sólo quiere tirarse encima de la cama, dormir, y esperar al día siguiente, que aquí nunca se sabrá lo que podrá pasar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario