21-2-2014
Pomelos y castañas
Por
la mañana, mientras escribía la entrada de ayer, he editado la tercera
correspondencia fílmica, con lo que he reflexionado un poco sobre ella en el
día de ayer, aunque la haya editado hoy. Antes de que viniera el comisario de
mi exhibición en Castellón para contarme la reunión que habían tenido hará una
semana, he reorganizado mi habitación, que era una leonera. He cogido una
pequeña mesa de jardín y la he dejado aparte para que sea mi mesa del
ordenador, así, la grande es para los trastos bien colocados en su sitio.
También he quitado, por fin, el mural de periódicos que tenía en la pared. La
habitación ha ganado en luz y en espacio. Si pongo una pequeña canasta hasta
puedo invitar a los glogauers a jugar
un partido de baloncesto 3x3. Ha llegado el comisario y la reunión ha durado
cinco minutos. Sólo era para contarme que la exhibición será el nueve de mayo y
que tendré que ir unos tres o cuatro días antes para prepararla. Así que
aplazo, y al mismo tiempo adelanto, mi viaje a Castellón. Quería bajar para las
fiestas de la magdalena, pero por un mes bajaré en mayo, probablemente con
Miny, y así ya no tengo que bajar en junio. Que a saber lo que pasará en junio…
cómo le dije a Agustín cuando me preguntó sobre mi plan de futuro para ponerme
de una forma u otra con el libro de Pozos
de ambición: “ahora mismo me veo en
Leipzig fregando platos mientras preparo películas y escribo libros desde casa”.
Cuando se ha ido el comisario, me he puesto a hacer la comida.
He escrito la crítica de Her[1]
para Mone Monkey, que me ha llevado sus horas. A las cinco, justo cuando iba a
empezar a trabajar con la entrevista de Kuno, Cyril ha llamado a mi puerta.
Quería repetir la escena del pasillo porque la vez anterior la iluminación
había quedado bastante pobre. Me he vuelto a disfrazar de doctor sexy de
Anatomía de Grey con rostro serio que no dice pero piensa: “tu mejor amiga nunca va a salir del coma,
entonces… ¿nos enrollamos?”. Hemos
terminado casi a las siete. He subido al piso de arriba para decirle a Miny si
quería venirse a ver una película norcoreana o Nymphomaniac (Lars Von Trier, 2013), pero me han enganchado para
pelar pomelos y preparar mermelada. Entre pomelo y pomelo hemos cenado. Todos
los días cae un plato de arroz blanco. Pelar los pomelos parecía que
estuviéramos despellejando pollos. Nada más Miny ha puesto a calentarlos para
preparar la mermelada, Cristina ha entrado y con castañas para prepáralas con
anís. Le hemos ayudado. Era la primera
vez que las preparaba, pero le han salido muy buenas. O eso han dicho ellas
cuando las han probado, porque yo tengo alergia y no he podido comer. He
aprovechado la ocasión para grabar a Cristina cocinando. Una escena más de la
secuencia que quiero editar con todos los artistas cocinando un plato
particular. Grabé a Hyeja cocinando Kimchi, ahora a Cristina. El domingo puede
que a Yunyi. Matthew ha entrado varias
veces mientras cocinábamos. Cuando me ha visto con la cámara ha debido de
pensar que estamos locos. Le he dicho que “no
estamos locos, sabemos lo que queremos”.
Aunque si me ha escuchado cantando letras de Los Planetas, Los Punsetes,
Antonna y alguno que otro mientras preparábamos la mermelada de pomelo, sí, no
habrá remedio para que piense que estoy/estamos cuerdos.
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