17-2-2014
La camarada Kim va volando y el montaje
patinando
Desde
la una hasta la seis he estado editando la secuencia de Miny y la imagen para
el catálogo. De cuatro a seis tenía preparada Her (2013) de Spike Jonze, pero la secuencia me estaba trayendo de
cabeza y no he podido ver la película. Intentaba hacer como un puzzle-collage
en el que cada fragmento fuera desapareciendo y dejara ver debajo la fotografía
seleccionada para el catálogo. Al mismo tiempo, en la imagen se podría ver una
reconstrucción exacta del escenario sumando el conjunto de diferentes planos, con
lo que habrían muchas Miny, pero un mismo escenario. En la pista de audio he
generado una fusión de las diferentes indicaciones que se van solapando y/o
alternándose. El primer montaje duraba casi diez minutos, este segundo apenas
llegaba a los cincuenta segundos. Ni el uno ni el otro funcionan. Deberé
intentar otra cosa. Por cierto, al final, en el catálogo van a poner las dos
imágenes, la de Miny y la de Hanneke, porque quieren que no haya hueco en
blanco en la página, sino que sea a página completa las imágenes, con lo que
con dos podrán cubrir los huecos.
Entre
render y render he empezado a repintar el cuadro en el que estoy trabajando
ahora, y que me parece que cada vez que lo toco lo voy empeorando. A las seis
nos hemos ido al cine Babylon. Estrenaban una película norcoreana y venía gente
del equipo a presentarla. Tanto para Miny como para mía era la primera película
norcoreana que veíamos. Antes, nos hemos reunido con Javier para hablar un
rato. Él ha ido a ver Pepe, el andaluz,
un documental español muy interesante que yo también quería ver, pero me he
decidido por la norcoreana. La española supongo que más adelante estará en Filmin.
La película era Comrade Kim Goes Flying,
que había sido posible realizarla debido a su cualidad de coproducción con
Europa y por ser un extraño objeto publicitario de Corea del norte, su gente,
su espíritu y su casta (la que el gobierno quiere vender al exterior), y para
el lucimiento de su ciudad Pyongyang. Todavía dudo si el pastiche a lo Douglas
Sirk que hemos visto era así pretendidamente, una parodia del régimen; o
realmente había que tomarse en serio una realización, guión, actuación, etc.
tan naíf. De todos modos, la película nos ha sorprendido y ha sido una
experiencia interesante. Hay más películas norcoreanas en el ciclo, quiero
acercarme a ver alguna, pero el precio de las entradas es prohibitivo. Si
vuelvo será sólo a una más.
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