21-3-2014
Open Studios
Escuchando The Pain of Being Pure at Heart he
preparado mi habitación para el Open Studios. No ha sido mucha faena. Entre
tanto, Miny ha venido a mi habitación. No había dormido en toda la noche. Yo
sí, pero sólo unas tres horas. Después de ordenar la habitación he coordinado
con Sergio la instalación del proyector con las entrevistas para el hall de
entrada. Ya era la una
cuando hemos terminado y he ido a comer con Miny. Hemos ido al kiosco-restaurante
al que fui ayer con Paula. Al volver hemos empezado a ordenar su habitación.
Samuel nos ha ayudado. Miny no tenía las cosas del todo claras y nos ha pedido
tiempo. En ese tiempo se ha echado una buena siesta. Después hemos seguido moviendo
cosas, colocando cuadros e impresiones. Un trabajo duro y de última hora, pero
le ha quedado un estudio muy atractivo para los visitantes.
A las siete
ha empezado la función. Tengo recuerdos fragmentados. Impresiones. Por lo que
mi relato no será lo detallado que pretendía. Pero bueno, para eso queda el
documental. Al principio no venía mucha gente y casi nadie entraba en mi
habitación. Miraban por detrás de la cortina, veían un par de segundos y
seguían su camino. Los que entraban no se sentaban en el sofá y veían los
televisores de pie, ni se ponían los cascos para escuchar música. Mientras
tanto, yo iba grabando. Me ha pasado grabando casi toda la noche, hasta que se
ha terminado la batería. Iba de habitación en habitación, grabando a gente que
apenas se detenían unos segundos ante cada cuadro. Lo grabado no era muy bueno.
Estaba esperando la performance de las ocho y media para grabar algo más
interesante.
A las ocho
se iba animando la cosa. Me ha sorprendido la atención que la gente le prestaba
a las fotografías de la residencia. No sabía muy bien que grabar exactamente.
Grabando a Hanneke, una vez más, he tenido una revelación. Grabaría un solo
plano de todas las habitaciones a cada hora. Un plano a las ocho, uno a las
nueve, uno a las diez, etc. Al final no ha sido exactamente así, pero si que he
pensado en enfocar la grabación como por escenas de horas viendo como se iba
generando el ambiente. En mi habitación había colapso. En el resto también iba
funcionando bastante bien la cosa. Algunas habitaciones eran más de amigos que
de gente interesada. Al contrario que el resto de artistas, que se quedaban en
su estudio por si alguien quería preguntarles y hablar con ellos, como Hanneke,
Yunyi o Matthew, yo apenas he pisado el mío. Veía la entrada y seguía grabando.
Miny tampoco ha estado mucho rato en el suyo. La primera hora, cuando he pasado
por su habitación me ha dicho que esto parecía una prostitución. Y tenía toda
la razón. El tipo de visitante no era el más adecuado (no siempre, había de
todo), y menos aún cuando las cervezas y el concierto ha empezado.
A las nueve
me ha tocado consolar a Yunyi como he podido. Un hombre había tocado una de sus
fotografías y la había tirado al suelo. Estaba triste y llorando. Yo he pasado
por delante de la cocina con mi cámara y su amiga me ha llamado para que me
quedase un rato con ellas. Poca cosa podía decirle. Le he ofrecido unas
galletas de chocolate que eran de Cristina. El lunes le devolveré las galletas.
A las diez
he seguido rondando por el edificio con mi cámara al hombro y he grabado un par
de minutos del concierto para tener una música de fondo durante la secuencia. Mi batería se ha
terminado. Poco más podía hacer. Hemos dejado pasar el tiempo.
A las once
estamos que ya no podíamos con nosotros mismos. En la habitación de Miny, tirados
en el sofá estábamos Hanneke, ella y yo. He hecho una foto “selfie” de
nosotros, ahora que están tan de moda. Pero sólo para nosotros. Cansada de
enseñar la habitación a cualquiera que asomara la cabeza y apenas mostrara
interés, Miny ha cerrado la puerta y nos hemos quedado hablando. Poco antes de
las doce yo he cerrado mi habitación y así poder dejar mi cámara sin
preocupaciones. He vuelto a la de Miny. Justo detrás de mí había unos últimos
visitantes, que han aprovechado que ha abierto la puerta para dejarme pasar y
han entrado. Una chica ha sentido especial interés por la obra de Miny y se han
quedado mucho rato hablando. Ella había hecho algo similar a los globos de agua
de Miny, pero con Haribo. Miny se ha sentido muy contenta de que, por lo menos
una asistente haya mostrado algo más que interés, la ha entendido y ha visto que su trabajo es bueno. Como yo
le decía, es único. Y Tal, que se ha pasado por su habitación, me lo ha
comentado más tarde.
Se ha ido
la chica y nos hemos quedado reflexionando acerca de la velada. Mi obra
funciona, y muy bien. Al menos aquí, pues las entrevistas en la entrada, el
documental y las fotografías en la primera planta, y los artistas más “work in progress”, con una obra más
interesante para estos actos, en la segunda creaban una serie de conexiones
entre mi obre, el edificio y los artistas que motivaba al público a visitar el
resto de trabajos y verlos con mayor interés y/o reconocer al artista que hacía
la obra. Aquí funciona bien porque se ve al tiempo que se vive, porque los
artistas están aquí al tiempo que se ve la película sobre ellos, y porque se
exhibe en el mismo edificio en el que se ha grabado. En Castellón no se si
funcionará tan bien. Me he dado cuenta de que las secuencias son muy largas y
aburridas. Esta bien, es importante, ver las cosas con público. A ser posible
con público completamente ajeno que te haga ponerse en sus mentes y sentir lo
que sienten. Tendré que cortar y mucho, tendré que replantearme el documental.
Tal y como está ahora, con las secuencias empalmadas una tras otra, como pieza
para exhibición está bien, porque nadie se queda más de cinco minutos, ven un
rato y se van. Luego pueden volver. No quieren una trama narrativa. Y en sintonía
con el resto de artistas, podían ver un poco como trabajaban y vivían y después
iba a ver su obra tangible, así que para esto ha sido bueno mi trabajo. Pero
para la versión final necesito hacer otra cosa y todo lo montado hasta ahora no
vale mucho, al menos como conjunto. Necesitará otro enfoque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario