16-4-2014
Cerrando el proyecto
Por la
tarde tenía la reunión con Lorenzo para ir cerrando el proyecto. Hasta
entonces, tenía planeado pasarme el día escribiendo las reseñas para
Nomepierdoniuna y la crítica de Rompenieves
para Mone Monkey. Pero poco he podido adelantar por la mañana. Miny me ha
pedido que la acompañara a ella y a Kim (a partir de ahora Hyun-Kyung, ya que me estoy intentando aprender
la pronunciación de su nombre) al mercado asiático al que había ido con Hanneke
hará casi dos meses. Es increíble como pasa el tiempo. Hoy lo he pensado y ya
casi llevo aquí cinco meses. El primero fue duro, eterno. Enero fue
equilibrado. Desde Febrero todo va a contrarreloj.
Después de
alrmozar arroz y sopa coreana, hemos ido al minimercado asiático, dónde Hyun-Kyung
se ha comprado unas galletas chinas de picoteo. Después al biológico, donde no
se que se ha comprado porque yo me he ido a la sección de panadería a por un pretzel en forma de bola. De camino al Kaiser’s hemos entrado en el
todo a más de un euro en busca de una esterilla para el yoga, pero al final se
ha comprado utensilios de cocina. Ya en el Kaiser’s hemos estado buscando por
todos lados yo no sé el qué. Al final me he enterado de que Hyun-Kyung buscaba
una especie de sopa tradicional coreana que al parecer vendían aquí, pero no.
Al menos en este no. Miny se ha comprado vitaminas para las rodillas. Yo otro pretzel en forma de bola. Así me voy a
poner. Tengo que dejar los pretzels.
Tenía una
hora y media antes de que volviéramos a salir. Me he puesto con el artículo del
Paranimf, que lo he dejado a punto. A las cuatro y media hemos salido en busca
de la Galería Michael Schultz. Estaba a media hora de casa, con lo que tendría
que darle un vistazo rápido y volverme, pues había quedado con Lorenzo a las
siete. A las seis y veinte hemos terminado de visitar la galería. Hyun-Kyung se
quería reunir con el mismo Schultz porque su propia galería con sede en Seúl
quería comprar un cuadro (o algo así he entendido). Pero el precio es
increíble. El cuadro más grande vale ocho millones y medio. No comments. El barrio estaba bastante
bien, parecía muy agradable. Las he dejado allí y me he venido corriendo,
literalmente, a la residencia. Cuando el metro me ha dejado en Hermannplatz y
he visot que el autobús M29 tardaría en llegar nueve minutos y eran ya las seis
y cincuenta y dos, he salido disparado hacia GlogauAIR. He llegado a las siete
y tres.
Eran las
siete y cuarto y Lorenzo no había llegado. Pensando en que la otra vez llego
diez minutos antes, quizás hoy también se hubiera adelantado y al no estar yo
aquí se marchó. Así que, preocupado, he terminado de escribir el artículo para
Nomerpierdoniuna[1]. A las ocho menos cuarto, Lorenzo ha llamado a
mi puerta. Ha sido una reunión rápida. ¿Todo va bien? Si. Perfecto. ¿Bajarás el
cinco? Si. Perfecto. Perfecto. Envíame el documental en un link por internet.
De acuerdo. Perfecto. Perfecto. Ya puedo dar casi por cerrado el proyecto, a
falta de la exhibición en España. Creo que puedo empezar a buscar una
productora que quiera encargarse de una buena posproducción de sonido y
presentarlo a festivales.
Con el
sentido de la intuición afinado. A las nueve, previa final de la Copa de España
de fútbol entre Madrid y Barça, he salido a por un kebab pensando que en el
autobús me encontraría con Miny y Hyun-Kyung. Efectivamente, en el autobús de
vuelta las he sorprendido. Se habían pasado la tarde viendo el barrio y cenando
en un restaurante coreano. Ahora Miny entiende porque Hyun-Kyung tiene “miedo”.
El barrio que habían visitado era tranquilo y agradable, un buen barrio. Les
recordaba al centro de Seúl. Hyun-Kyung se había llevado una decepción al ver
que vivíamos en un barrio árabe, medio marginal donde las farolas apenas se
iluminan por la noche. No estaba acostumbrada a esto. He cenado con Miny
mientras veíamos el primer esquema del libro que está escribiendo y que se
titula, por ahora “Domestic Science”.
Después de ver el gol de Bale me he ido
a dormir.