sábado, 5 de abril de 2014

4-4-2014. Documental terminado (de momento)

4-4-2014

Documental terminado (de momento)

Otra mañana más, al despertarme me he puesto a editar el documental. A la una, después de varias horas ininterrumpidas lo he terminado. Al menos por el momento, a falta de que lo vea el comisario Lorenzo. También pienso que es un montaje final pero no definitivo. Querría presentarlo a alguna productora que apostara por el y pagase una buena posproducción de sonido, y así poder enviarlo a festivales. O que hiciera sugerencias de cómo mejorarlo, pues estoy abierto a opiniones. También he pensado que va a ser la última película que vaya a hacer utilizando este estilo de mirar, buscar y después editar la realidad pura. Quiero pasar a hacer cosas con mayor fuerza y que llamen más a la atención, y/o cosas más trabajadas, más elaboradas por mi mismo, a las que le dedique un tiempo de verdad, y no solo sea plantar la cámara y después hacer magia. No sé como explicarlo, pero creo que ya he trabajado suficiente este formato. Es hora de dar un paso más o de cambiar de estilo.

En los veintisiete minutos finales que dura he descartado secuencias enteras, como la mía grabando Desaparecer con Cyril, o la de éste con Hyeja pintándole los ojos, o la de Hanneke en la performance, o la de ESOC, la primera que grabé y que me quedó tan bien. Y he recortado mucho otras como la de Miny trabajando, o la de Antje y los chicos de la oficina haciendo la mudanza. Y otras que empecé a montar pero me ha quedado claro que no iban a encajar y las he descartado sin añadir un solo plano al montaje final, como la de Giulia, que me sabe mal por ella, o varias de las que hay gente cocinando, como la de Cristina o la de Miny. El montaje es como si fuera un día en GlogauAIR, así que adaptando la acción a la luz y las horas del día he tenido que tomar ciertas de estas decisiones también. Al igual que la idea inicial de darle a cada secuencia un estilo de realización diferente. Una idea estúpida y sin ningún criterio detrás. Ahora todo el documental tiene un estilo coherente y funciona mejor. Pero hay que verlo como un documental tirando hacia lo etnográfico puramente descriptivo, sin buscar un clímax dramático, una verdadera línea narrativa o una identificación con personajes, etc. A priori tampoco se plantea preguntas, pero al verlo, si se piensa en más allá de las simples imágenes que se muestra pueden salir muchos temas a debate. Esta montado a base de capas de lectura subterráneas, cuasi imperceptibles que lo están diciendo casi todo sin decir nada. Un ejemplo sencillo, el primer montaje paralelo entre Hanneke y Cristina. La primera pintando fuera del edificio, en sus paredes. La segunda dibujando en el interior, con un caballete y un método definido. Una pintando colores y formas, adaptando su pintura a las condiciones en las que se encuentra su escenario. La otra dibujando con detalle su rostro partiendo de una imagen preestablecida, trabajando sobre blanco y creando su propia y única imagen sin interferencias del exterior que la condicionen.


Tras exportar el montaje, haberme duchado y preparado la habitación para la visita de unos alumnos del Instituto Francés, me he puesto a esperarles escuchando la banda sonora de The Life Aquatic. Han llegado cuatro chicas francesas. Ana me ha explicado que no eran del Instituto Francés, sino que estaban estudiando para ser comisarias de exhibiciones. Les he enseñado unos minutos del documental, he respondido a unas preguntas y han seguido con la visita. Yo con ellas, por curiosidad. Han visto las habitaciones de Hanneke, Cristina y Matthew. Miny ha llegado más tarde. Hemos comido una ensalada y un poco de pan con tomate y nos hemos ido con Paula y Cristina a una galería donde abrían una exhibición con película de Gordon-Matta Clark. He  vuelto a ver un documental que describe como va cortando a cachos un edificio. La primera  vez que lo vi fue en el MACBA de Barcelona. A Miny le ha gustado y le ha abierto miras de cara a su trabajo. A mi me ha hecho pensar que mis documentales, o vídeos, hasta ahora hecho no tienen porque desmerecer a nada, sólo necesitan en lugar de exhibición y el canal de distribución oportuno. Se nos ha hecho tarde viendo la exhibición, así que nos hemos ido a cenar fuera a un hindú. Hemos acabo llenísimos, y eso que sólo hemos comido un plato. Y es más aún, mi plato era de espinacas con arroz y queso. Al llegar a casa he comparado una película de Gordon-Matta Clark con El hombre mosca (1923) de Harold Lloyd.

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