jueves, 16 de enero de 2014

16-1-2014. Estilo

16-1-2014

Estilo

Hoy he estado más perdido que Spiderman en un descampado. Tenía planeado irme a la puerta de Brandemburgo para ver la que habían montado con esto de la semana de la moda, pero he ido a hacer la compra y se me ha hecho tarde para aprovechar la mañana allí. Los desfiles terminan pronto, sólo me daría tiempo de ver uno. Como tampoco estaba seguro si era al aire libre o no, he buscado por Internet una cámara de vigilancia o similar que me mostrara el lugar a día de hoy. La he encontrado y he visto que han montado una carpa restringida al público. Plan cancelado.


Nuevo plan: ir por la noche, a las nueve, a uno de los eventos públicos. Mientras tanto… he diseñado la caratula del DVD de Sad Song para enviarlo a festivales y he empezado a editar el vídeo de Giulz con la música que ella estaba escuchando mientras trabajaba: Scary Rainbows de Banditos. Sin lugar a dudas, la secuencia de Giulz va a ser la más dinámica que he montado nunca. La mayoría de planos no duran un segundo, van con el ritmo de la música y esta compuesto como si cada plano, en su escala, fuera una nota musical. Vamos pasando de planos más cerrados a abiertos, de abiertos a cerrados, escalonadamente o con saltos bruscos, hay raccord, hay saltos de eje, los movimientos de Giulz… todo en función de la música, su ritmo y su tono. Eso llevado al campo de la imagen. Apenas tengo minuto y medio de secuencia y he utilizado unos setenta planos.

A medio día, pensando en el plan de la noche, me he puesto Guía del autoestopista galáctico (Gartg Jennings, 2005). Le había dicho a Irene que la vería, pero pensando en tantas otras cosas se me pasó. Hoy me lo ha recordado, y para que no se me volviera a pasar he aprovechado ese rato después de comer en el que a uno no le apetece hacer mucha cosa. Después he seguido con el montaje de Giulz. He recibido las correspondencías fílmica de Paco Dalmau desde Rotterdam, pero no las he podido ver porque la conexión a Internet no dejaba cargarse los vídeos y la descarga iba demasiado lenta. Mañana lo volveré a intentar. También he recibido un correo del comisario de la beca Habitat, que quiere reunirse conmigo el día 24 para que le cuente el proyecto. Supongo que vivirá en Berlín.

Se me han hecho las ocho y ha empezado a llover y hacer frío. Estaba claro, no he ido al evento. He visto que era en un hotel y con mucho estilo. Vamos, que no era para mí. Así que me he quedado en casa, me he puesto a ver las posibilidades de hacer una escapada a Rotterdam la semana que viene cuando empieza el festival de cine,  he montado otro fragmento de la secuencia de Giulz y he pintado (o no sé muy bien lo que he hecho) un cuadro muy brillante de verde tóxico con especias de cocina, tapones, tiritas, plásticos, monedas y goteos de pintura, lo que vienen a ser:


Todas las pequeñas cosas que te hacen brillar.
Aunque las enumerara no las puedo copiar.
Aunque las llevara puestas nunca irían conmigo.
Yo no tengo las respuestas, yo no tengo estilo.

Sin duda alguna la belleza está en el interior.
Pero a algunos les asoma y a otros no.
Yo no es que gane desnudo, es que pierdo vestido.
Yo no estoy en tu cabeza, yo no tengo estilo.


 (Los Punsetes)

15-1-2014. El pollo frito

15-1-2014

El pollo frito

Anoche tampoco pude coger el sueño y me terminé durmiendo a las tres y media. Dos días me ha durado el caer en la cama y quedarme frito. Esto ha provocado que me haya despertado más tarde de lo habitual, a eso de las diez menos cuarto, con lo que me he puesto enseguida a preparar las patatas bravas para la comida de bienvenida que teníamos hoy con el resto de glogauers.  Mientras hervían, se ha publicado en Mone Monkey mi crítica de El lobo de Wall Street[1].  El problema ha llegado a la hora de freír. ¡No teníamos apenas aceite! y he tenido que utilizar aceite de bálsamo para ensaladas… No comments. Viendo que no se ponían crujientes ni a la de nueve, en mi cabeza comenzaba a sonar la canción de Manos de topo, El pollo frito: “Dime cuál, cuál fue el origen del problema, dime cuál, cuál fue el origen del problema. Y la estrella polar ha cambiado de lugar y el pollo frito quería aprender a volar”. Pasadas las doce, la hora a la que empezaba el welcome lunch, he encontrado un bote de aceite de girasol sin empezar. No era mío, pero lo he abierto para intentar salvar mis patatas. Mañana iré al Lidl y le compraré otro bote a quien haga falta. De todas formas, las patatas no han salido bien. La salsa de ajo que compré en el súper ecológico ha camuflado el sabor a aceite de bálsamo. Pero no estaban crujientes. Un desastre. Menos mal que los demás no saben como son las patatas bravas y se las han comido como si realmente fueran así. Como se suele decir: “bendita ignorancia”. La próxima vez, lo juro por el pollo frito, las haré bien.

La comida no ha ido mal. He congeniado con la nueva becaria española, Ana, que se ha sentado a mi lado y hemos estado hablando buena parte de la comida. Igual vamos el viernes a ver Cría cuervos (Carlos Saura, 1976) a la Bartleby con el otro nuevo becario y la nueva coreana, Jiminy, que se ha sentado a mi otro lado y con la que también he estado hablando un poco y me ha contado que le gusta Almodóvar, Medem y Saura. Me ha sorprendido que de Medem conociera Vacas. Le he contado lo de mi video de cante flamenco y canto tradicional coreano y me ha dado su mail para que se lo enviase. Eso, y la información del evento en Bartleby. Ya veremos si al final voy solo o acompañado, o no voy. Aunque debería ir para comentarles a los de la librería la posibilidad del Littlesecretfilm. Después de comer me han notificado desde Notodofilmfest que mi corto, Desaparecer, ya está online[2].

Cuando hemos terminado el welcome lunch, me he quedado a grabar a Giulz, que sigue con su pulpo y parece que va a tener trabajo para casi dos semanas. Le pasé algunos fotogramas de ayer y lo primero que me ha pedido es que en el vídeo apenas muestre su rostro, que me centre en como evoluciona la obra, que ella tiene que ser “anónima”.  Y que tampoco la saque hablando, que sea musical. Esa era la idea, pero intercalando fragmentos de entrevistas encubierta que fui cazando al vuelo. Pero bueno, lo primero es respetar a los artistas y la forma en que quieren que se les muestre trabajando. Si fuera otro tipo de documental, o quisiera otro tipo de relación futura con ellos, las cosas serían diferentes. Pero estoy aquí para hacer amigos y contactos, y aprender, así que en la grabación ellos mandan. Aunque el montaje final, por muy respetuoso que sea, es mío, y eso no hay quien lo dude.

La verdad es que hoy, Giulz, parecía un poco… no sé si molesta, pero si incomoda. Así que he empezado grabando desde la distancia. Hoy se ha puesto los cascos para escuchar música. Se me han quitado un poco las ganas de grabarla por el ambiente tenso que notaba, pero me he quedado ahí hasta el final. Poco a poco ha ido volviendo a coger confianza y me he podido volver a acercar sintiéndome cómodo. Me ha dicho que mañana me llamará para seguir grabando. No sé cuantas horas voy a acumular de material como grabe el proceso entero. Mañana por la mañana, medio  a modo de excusa, me iré a la puerta de Brandemburgo,  que es la semana de la moda de Berlín (o algo así he podido leer) y, al parecer hay una pasarela allí mismo. Me quiero acercar a curiosear. Puede que grabe un vídeo y todo. Incluso que sea el material para mi tercera correspondencia fílmica u otra, que tengo que hacerla desde ahí.

Hemos terminado justo cuando iba a empezar la clase de yoga, a la que acuden todas las chicas de la residencia. Los chicos nos avergonzamos, supongo. Aunque hablando con Hyeja, que me ha dicho que hoy solo eran las cuatro que viven aquí, nadie de fuera, quizás me anime y la semana que viene baje yo también a la clase, por probar. Pero no lo aseguro.

Después, mientras importaba el material grabado, Yunyi me ha pedido que la ayudara a colgar un par de su cuadros. Va a venir alguien a hacerle un reportaje sobre su trabajo y quiere tener la habitación ordenada y con sus piezas bien expuestas. Cuando estaba todo en su sitio me he hecho la cena; algo que no sé cómo no me lo había hecho todavía: pan tostado con tomate y queso. Después mi leche de soja con Corn Flakes (quizás tanto azúcar sea la razón por la que tarde en coger el sueño y siempre estoy hiperactivo; aunque ceno muy pronto, por lo que no debería, no lo sé). La noche ha terminado con Gente en sitios (Juan Cavestany, 2013), cuya primera impresión me ha parecido una tomadura de pelo, pero escribiendo sobre ella le he sacado mucho jugo y he redactado un texto muy llamativo y jugoso que mañana estará publicado en Mone Monkey. Así que a dormir, si es que puedo.

miércoles, 15 de enero de 2014

14-1-2014. El lobo estepario

14-1-2014

El lobo estepario

No hemos tenido conexión a Internet hasta la once y cuarto de la mañana. Así que me he pasado horas recuperando la faena atrasada de ayer. Horas delante de la pantalla del ordenador: traducir el texto de la correspondencia fílmica, subtitularla, exportarla, subirla a Youtube, subirla a Vimeo, contestar correos, hacer el cartel y la imagen de Desaparecer, presentarlo al Notodofilmfest… faena de oficinista. Lo que más pereza da después de haber terminado una película es comenzar a rellenar formularios, escribir sinopsis, ajustar el tamaño del vídeo a las normas de los diferentes festivales y mil cosas más en las que a uno se le van las energías. Pero hay que hacerlo.


Cuando he terminado, a las tres y media, me he puesto las zapatillas y me he ido a dar un largo paseo de lobo estepario hasta el centro de Berlín, buscando alguna hamburguesa de Orion en la  calle Oranienburger, pero nada. La canción de Satie que he utilizado para la correspondencia fílmica se repetía en un bucle infinito a cada paso que daba. He salido por la mañana, he llegado por la noche. Y como no ha sido un día a destacar, no me voy a alargar más. Acabo de ver El lobo de Wall Street (2013) de Martin Scorsese y quiero escribir la crítica. Me ha sorprendido, para bien.

martes, 14 de enero de 2014

13-1-2014. Liberarse

13-1-2014

Liberarse

Tal como estaba previsto, por la mañana he editado la segunda correspondencia fílmica[1] sobre el muro de Berlín. Lo más complicado ha sido grabarme la voz, y no por cuestiones técnicas, sino porque mi voz, mi dicción, mi problema al pronunciar la erre suave y mi entonación no son las más adecuadas para acompañar desde el off. Seis minutos de repeticiones leyendo el primer párrafo de Historia de dos ciudades, de Charles Dickens:

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.

La construcción, la tristeza, el dolor, la violencia y el derrocamiento del muro de Berlín van acompañados por la música de Erik Satie. Al final, el muro a día de hoy, dividendo la pantalla en dos y comparado el lado del este, que se ha occidentalizado con los grafitis de artistas contemporáneos, y el lado del oeste, dejado, como si hubiera formado parte del periodo soviético. Me pregunto si todavía se puede considerar a Berlín una historia de dos ciudades, más allá de las apariencias. Sobre estas imágenes, el texto de Dickens, que pone la duda en la contradicción y que nos hace pensar si estamos viviendo en los viejos tiempos. Porque el relato del escritor inglés es tan vigente hoy como en el año en el que se publicó: 1859.



Cuando estaba puliendo algunos detalles y recolocando planos, ha llamado a mi puerta Giulz, Giulietta. Iba a empezar a trabajar en su obra y me avisaba por si quería grabarla. Eran las once de la mañana. Hemos terminado a las siete. He empezado utilizando el trípode y cuidando los encuadres, como siempre, buscando el motivo del vídeo, aquello que lo hiciera diferente a las secuencias de ESOC, de Hanneke y de Desaparecer. En un primer momento he pensado en dividir la pantalla en tres, y así he estado grabando al principio. Pero el pulpo que está construyendo con alambres y una especie de plastilina, en tres dimensiones y que atravesará el showcase, me rompía en todo momento los ejes que necesitaba respetar para poder dividir después la pantalla. Así que vuelta a empezar y seguir buscando la esencia del trabajo de Giulz. Cuando se han ido Sergio y los demás becarios, y nos hemos quedado solos, ella se ha puesto música para trabajar. Música electrónica, impulsiva. “Trabajar con música me libera”, me ha dicho en italiano. Poco a poco he ido cogiendo el ritmo de la música con mi cámara y he terminado dejando el trípode a un lado y grabando a mano, con zooms, con desenfoques, con rápidos movimientos de cámara… yo también me he liberado de la estricta minuciosidad del plano estático y me he dejado llevar por el ritmo y el movimiento constate de Giulz mientras trabaja. Ahí estaba lo que haría a esta secuencia diferente del resto, y lo que definía la forma de trabajar de Giulz: la efusividad, el movimiento, la plasticidad, el desparpajo.



A media tarde hemos hecho una pausa para comer. Ella ha cocinado arroz y yo he bajado una hamburguesa vegetariana y otra cosa, también vegetariana pero que no se exactamente lo que es, aunque está muy buena. Hemos comido bien y hemos descansado un rato, hablando y practicando el españitalianglish. Me ha preguntado cuantos años tenía, pues me echaba varios más pero dudaba. Le he dicho que veinticuatro, los mismos que ella. Se ha sorprendido de que ya esté trabajando en una residencia artística. “Tu sei molto piccolino”. Al parecer, lo normal es llegar aquí con veintiséis o veintiocho como poco, y que la media suele estar en los treinta. “Io non sono molto normale”. Después hemos hablado del futuro, de cuando ella termine el Erasmus y yo la beca. A los dos nos gustaría viajar por el mundo trabajando en lo nuestro…: “quel cosa lo che vogliamo tutto”, le he dicho. “Essere libere per fare il nostro lavoro”, me ha dicho ella.

Después de comer hemos seguido trabajando. Por la tarde me he centrado más en los planos cerrados, de detalle, de su trabajo con las manos dando forma a los alambres que forman los tentáculos del pulpo y de su profunda mirada que analiza cada detalle de la estructura. Se lo he dicho claramente: “Il tuo occhi sono molto cinematografico”. Sus ojos felinos, a medio camino entre Anna Magnani y Sofía Loren, son muy intensos en cámara.  Cada persona tiene un rasgo que destaca, hay que saber encontrarlo; después, (con)centrarte en ello ya tienes una actuación vibrante y sugestiva para el espectador.


A las sietes hemos tenido que parar. Han llegado los de la clase de dibujo con modelo y no podíamos molestarles, tal como habíamos acordado con Sergio. Nos hemos despedido y me he subido a la habitación. Cyril estaba en el pasillo, haciendo pruebas para su película. Necesita convertir nuestro pasillo en una sala de espera de hospital, y para ello necesita adecuar la iluminación. He hecho de modelo de luces para que pudiera comprobar como quedaba el espacio y las proyecciones de luz y sombra sobre un cuerpo.

Llevamos sin Internet desde las ocho. Así no puedo adelantar trabajo. Necesito Internet para corregir los errores de mi traducción y poder subtitular la correspondencia fílmica y subirla a Youtube y Vimeo. También para poder presentar Desaparecer al Notodofilmfest. Y también, para poder descargarme la música que estaba escuchando Giulz y así poder empezar a editar su secuencia, que me va a costar mucho. Liberarme ha implicado una grabación más rápida, más divertida, más dinámica, pero que conlleva mucho más montaje. Ahora, entre todo el caos de las casi dos horas de grabación (de sólo la construcción de dos patas del pulpo) tengo que encontrar los rayos de luz que saquen la esencia del trabajo de Giulz, y condensar todo ese tiempo entre dos y tres minutos, no más. Por eso no quiero empezar a montar hasta no tenerlo todo grabado, para así poder hacerme una idea del tiempo que requerirá cada escena de la secuencia final. Pero si no hay Internet, de algún modo tendré que aprovechar el tiempo. Dicen que Internet libera, pero es todo lo contrario, te absorbe. El mismo nombre lo dice: la Red, como la que caza pulpos como el que esta fabricando Giulz. Hasta que vuelve Internet seguiré con la dichosa acuarela.

Apéndice:
Son las dos y media de la mañana. Internet no ha vuelto todavía. Me he pasado tres horas pintando la maldita acuarela. He escuchado el disco de León Benavente, los tres de Triangulo de Amor Bizarro y el primero de Los Punsetes. Me he grabado mientras pintaba, pero hacía tanto el ridículo cantando y bailando De la monarquía a la criptocracia y Ellas se burlaron de mi magia, que he preferido borrar el vídeo. He roto un pincel y desgastado por completo dos. He utilizado tres nuevos y abierto las pinturas acrílicas. La pintura a pasado por mil fases. Por un momento ha sido el retrato de una pelirroja, después de una pelirroja de espaldas, después de una flecha con ojos de chino, después una V, después un fondo neutro verde con diferente tonos y un punto central naranja, después ya no lo recuerdo. Al final, he pesando en Giulz, su estilo de pintura y las palabras que me ha dicho hoy, que ya he olvidado, me han venido a la mente en un momento de inspiración. Al final sobre el fondo verdaderamente liso y lleno de capas y matices he dejado caer goteras y chorros de verde tóxico, el mismo que utilicé para pintarme los brazos. Sobre esto he pintado desde la lejanía con el poco spray rojo que me quedaba, y luego, una vez más he hecho un Pollock con el verde. Poco a poco, el lugar en el que la pintura en spray y el acrílico verde chorreante se mezclan está subiendo y ganando superficie. Tres horas, mucha pintura derramada y todo para esto. Cuando solo te mueve el impulso no se puede llegar a ningún lado. Cada capa venía con una idea, pero que rechazaba al ver un error, hay que se persistente. Por otra parte, y ya lo he comentado anteriormente, pasar el tiempo pintando, aunque sea por el puro placer de pintar y hacer la del ensayo y el error y repintar sin parar, es una actividad que estimula al cerebro y descarga la tensión acumulada. Cuando se haya secado la pintura y vea el resultado final, si es decente, creo que se la regalaré a Giulz.

lunes, 13 de enero de 2014

12-1-2014. Soñar, montar, grabar, importar... el tiempo no se puede detener

12-1-2014

Soñar, montar, grabar, importar… el tiempo no se puede detener

Después de varias noches, he dormido como un tronco. Pero los sueños se han ido convirtiendo en pesadillas y los recuerdos recientes en premoniciones futuras. De todas formas, a lo largo del día, los sueños se han difuminando y ahora los recuerdo vagamente. Sólo me quedo con la fuerza que genera un acontecimiento y lo importante que es para el subconsciente, para luego convertirlo en un sueño y darte claves, mostrarte errores y recordarte soluciones. Me he despertado pronto, pero no me apetecía levantarme de la cama, así que he retomado el relato de Antonio Luque, La mina, que empecé anoche. Cuando lo he terminado de leer me  he levantado y he comprobado el correo.


Anoche envié varios correos que todavía no habían tenido respuesta. Se presentaba un día tenso, con la cabeza partida en dos, con muchas preocupaciones. Pero leer las entrevistas a Gainsbourg mientras desayuno siempre anima. Tengo que apretar con el libro, que Cyril se marchará y no lo habré terminado. Después me he puesto a editar el making of de Desaparecer, que formará parte del documental sobre la residencia. Quería hacer una secuencia tipo, y breve, como las de Hanneke o ESOC, y he hecho lo que he podido, pero aún así dura unos trece minutos. Lo bueno es que cada secuencia tiene un estilo diferente, lo que me va dando ideas sobre como enfocar el documental final. En esta ocasión, al grabar yo mismo el making of e interpretar el cortometraje, no podía hacer otra cosa que colocar la cámara en el lugar adecuado y dejar grabando. Lo que ha dado largos planos-secuencia estáticos, dignos de una película rumana contemporánea.  Aún así he podido jugar con el montaje: un inicio a lo Naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971); después he ido alternando la forma de mostrar la grabación con el plano en cámara, para que no fuese todo el rato lo mismo. Primero vemos un montaje “convencional” de grabación de la grabación y después grabación real del plano, después lo vemos con las repeticiones, sin alternar ambas grabaciones, la siguiente toma desde la cámara de grabación del corto, etc. Ha quedado largo porque los planos son largo y el efecto de cortar cuando se va desarrollando la acción dentro del mismo plano es algo que no me gusta nada estéticamente. Dura trece minutos, pero creo que está bien resuelto. Me he tenido que cargar varias escenas que tenían momentos interesantes, pero lo más representativo de cómo trabajar en otro idioma, con efectos especiales, repeticiones, esperas y en un espacio tan cerrado pero sacándole tanto partido, ha quedado bien reflejado. Todo este trabajo para un cortometraje de tres minutos y medio que mañana o pasado enviaré al Notodofilmfest y podré publicarlo. 


Me daba palo quedarme todo el día en casa. Encima estaba yo sólo. Cyril ha salido a ver a un amigo francés que solo viene los fines de semana. Yunyi también se ha ido. He cogido el portátil, me lo he llevado a la cocina y me he puesto la banda sonora de Koyaanisqatsi (Godfrey Reggio, 1982) compuesta por Philip Glass mientras me preparaba una hamburguesa de tofú y me la comía. La calidad, la variedad y el precio de los productos orgánicos y vegetarianos en Berlín es incomparable. Aquí este estilo de vida es más que una alternativa, se puede llevar a cabo y es más saludable, ecológico y respetuoso con los animales. Una contradicción en un país que en los mercados navideños sólo vende longanizas.

Al final he salido de casa. No quería irme por mucho tiempo, pues me sabía mal no seguir adelantando faena. Hoy era domingo, pero para mi como si fuese lunes, todos los días los cuento como laborables. Hago lo que me gusta y no tengo horario ni obligaciones que me impidan dejar de trabajar. Tenía pensando irme hasta Alexanderplatz y volver, pero serían muchas horas perdidas. Así que, viendo que ya estamos a doce y tengo que enviar la segunda correspondencia fílmica, me he ido al muro de Berlín, a la East Side Gallery a grabar con el teléfono móvil.  En realidad quería grabar el Tiergarten con nieve, pero como no nieva me lo he tenido que replantear.


Una vez allí he ido pensando sobre que podría tratar el vídeo. Al llegar lo he visto claro. Rosabel me hablaba ayer de un proyecto al que le tiene que dar vueltas sobre lo que representa la caída del muro de Berlín y si la ciudad seguía teniendo dos lados y demás. Algo sobre lo que estuvimos hablando un rato en el contexto de si realmente existió en algún momento eso que llamamos Europa, como un contiene unido y en la misma dirección. Pues esta idea va a sobrevolar la segunda correspondencia. Y, de paso, se la enviaré a Rosabel por si le da alguna idea para el proyecto. Partiré la pantalla en dos, por un lado el este, por el otro el oeste. Después, imágenes de archivo de la historia del muro de Berlín. Sobre las imágenes quizás lea un fragmento de Historia de dos ciudades (1859) de Charles Dickens. Me he dejado el libro en Castellón, pero supongo que podré encontrarlo por Internet.


Al volver he terminado de exportar la secuencia del making of y he escrito y publicado la entrada de mi blog de cine, Anuncios para coches. Esta semana sobre Béla Tarr[1]. Nada más he terminado toda la faena, me ha llegado un mensaje de Irene enviándome el texto de Desaparecer traducido al inglés. No tenía nada mejor que hacer, así que me he puesto a subtitularlo. Menos faena para mañana, que creo que igual tengo que empezar a grabar a Giulz con su trabajo para el showcase.

Como me sabía mal haber caminado tan poco rato, apenas dos horas, quería ir al centro de la ciudad por la noche. Me he puesto una película corta y no muy pesada, pues no tenía la cabeza para nada más. Pi (1998), que me la había recomendado Cyril y era la única que le gustaba de Darren Aronofsky. Cuando se ha terminado he pensado que era domingo, y probablemente estaría todo cerrado y habría poco ambiente, así que me he quedado en casa. He importado todo el material que he grabado del muro de Berlín y he buscado los vídeos que utilizaré como material de archivo. Así, mañana por la mañana podré ponerme a editar. Siempre hay trabajo, por mucho que adelantes las cosas. Cuando has terminado una, sale otra. Pensando en la librería Bartleby, en la posibilidad de que venga Sr. Chinarro y que en unos días igual me reúno con Bet, me ha venido una idea para hacer un Littlesecretfilm. Mañana o pasado iré concretando la posibilidad preguntando en la librería la si puedo grabar allí. Las ideas fluyen como si estuvieran en una cinta de Möbius.