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jueves, 16 de enero de 2014

15-1-2014. El pollo frito

15-1-2014

El pollo frito

Anoche tampoco pude coger el sueño y me terminé durmiendo a las tres y media. Dos días me ha durado el caer en la cama y quedarme frito. Esto ha provocado que me haya despertado más tarde de lo habitual, a eso de las diez menos cuarto, con lo que me he puesto enseguida a preparar las patatas bravas para la comida de bienvenida que teníamos hoy con el resto de glogauers.  Mientras hervían, se ha publicado en Mone Monkey mi crítica de El lobo de Wall Street[1].  El problema ha llegado a la hora de freír. ¡No teníamos apenas aceite! y he tenido que utilizar aceite de bálsamo para ensaladas… No comments. Viendo que no se ponían crujientes ni a la de nueve, en mi cabeza comenzaba a sonar la canción de Manos de topo, El pollo frito: “Dime cuál, cuál fue el origen del problema, dime cuál, cuál fue el origen del problema. Y la estrella polar ha cambiado de lugar y el pollo frito quería aprender a volar”. Pasadas las doce, la hora a la que empezaba el welcome lunch, he encontrado un bote de aceite de girasol sin empezar. No era mío, pero lo he abierto para intentar salvar mis patatas. Mañana iré al Lidl y le compraré otro bote a quien haga falta. De todas formas, las patatas no han salido bien. La salsa de ajo que compré en el súper ecológico ha camuflado el sabor a aceite de bálsamo. Pero no estaban crujientes. Un desastre. Menos mal que los demás no saben como son las patatas bravas y se las han comido como si realmente fueran así. Como se suele decir: “bendita ignorancia”. La próxima vez, lo juro por el pollo frito, las haré bien.

La comida no ha ido mal. He congeniado con la nueva becaria española, Ana, que se ha sentado a mi lado y hemos estado hablando buena parte de la comida. Igual vamos el viernes a ver Cría cuervos (Carlos Saura, 1976) a la Bartleby con el otro nuevo becario y la nueva coreana, Jiminy, que se ha sentado a mi otro lado y con la que también he estado hablando un poco y me ha contado que le gusta Almodóvar, Medem y Saura. Me ha sorprendido que de Medem conociera Vacas. Le he contado lo de mi video de cante flamenco y canto tradicional coreano y me ha dado su mail para que se lo enviase. Eso, y la información del evento en Bartleby. Ya veremos si al final voy solo o acompañado, o no voy. Aunque debería ir para comentarles a los de la librería la posibilidad del Littlesecretfilm. Después de comer me han notificado desde Notodofilmfest que mi corto, Desaparecer, ya está online[2].

Cuando hemos terminado el welcome lunch, me he quedado a grabar a Giulz, que sigue con su pulpo y parece que va a tener trabajo para casi dos semanas. Le pasé algunos fotogramas de ayer y lo primero que me ha pedido es que en el vídeo apenas muestre su rostro, que me centre en como evoluciona la obra, que ella tiene que ser “anónima”.  Y que tampoco la saque hablando, que sea musical. Esa era la idea, pero intercalando fragmentos de entrevistas encubierta que fui cazando al vuelo. Pero bueno, lo primero es respetar a los artistas y la forma en que quieren que se les muestre trabajando. Si fuera otro tipo de documental, o quisiera otro tipo de relación futura con ellos, las cosas serían diferentes. Pero estoy aquí para hacer amigos y contactos, y aprender, así que en la grabación ellos mandan. Aunque el montaje final, por muy respetuoso que sea, es mío, y eso no hay quien lo dude.

La verdad es que hoy, Giulz, parecía un poco… no sé si molesta, pero si incomoda. Así que he empezado grabando desde la distancia. Hoy se ha puesto los cascos para escuchar música. Se me han quitado un poco las ganas de grabarla por el ambiente tenso que notaba, pero me he quedado ahí hasta el final. Poco a poco ha ido volviendo a coger confianza y me he podido volver a acercar sintiéndome cómodo. Me ha dicho que mañana me llamará para seguir grabando. No sé cuantas horas voy a acumular de material como grabe el proceso entero. Mañana por la mañana, medio  a modo de excusa, me iré a la puerta de Brandemburgo,  que es la semana de la moda de Berlín (o algo así he podido leer) y, al parecer hay una pasarela allí mismo. Me quiero acercar a curiosear. Puede que grabe un vídeo y todo. Incluso que sea el material para mi tercera correspondencia fílmica u otra, que tengo que hacerla desde ahí.

Hemos terminado justo cuando iba a empezar la clase de yoga, a la que acuden todas las chicas de la residencia. Los chicos nos avergonzamos, supongo. Aunque hablando con Hyeja, que me ha dicho que hoy solo eran las cuatro que viven aquí, nadie de fuera, quizás me anime y la semana que viene baje yo también a la clase, por probar. Pero no lo aseguro.

Después, mientras importaba el material grabado, Yunyi me ha pedido que la ayudara a colgar un par de su cuadros. Va a venir alguien a hacerle un reportaje sobre su trabajo y quiere tener la habitación ordenada y con sus piezas bien expuestas. Cuando estaba todo en su sitio me he hecho la cena; algo que no sé cómo no me lo había hecho todavía: pan tostado con tomate y queso. Después mi leche de soja con Corn Flakes (quizás tanto azúcar sea la razón por la que tarde en coger el sueño y siempre estoy hiperactivo; aunque ceno muy pronto, por lo que no debería, no lo sé). La noche ha terminado con Gente en sitios (Juan Cavestany, 2013), cuya primera impresión me ha parecido una tomadura de pelo, pero escribiendo sobre ella le he sacado mucho jugo y he redactado un texto muy llamativo y jugoso que mañana estará publicado en Mone Monkey. Así que a dormir, si es que puedo.

lunes, 13 de enero de 2014

12-1-2014. Soñar, montar, grabar, importar... el tiempo no se puede detener

12-1-2014

Soñar, montar, grabar, importar… el tiempo no se puede detener

Después de varias noches, he dormido como un tronco. Pero los sueños se han ido convirtiendo en pesadillas y los recuerdos recientes en premoniciones futuras. De todas formas, a lo largo del día, los sueños se han difuminando y ahora los recuerdo vagamente. Sólo me quedo con la fuerza que genera un acontecimiento y lo importante que es para el subconsciente, para luego convertirlo en un sueño y darte claves, mostrarte errores y recordarte soluciones. Me he despertado pronto, pero no me apetecía levantarme de la cama, así que he retomado el relato de Antonio Luque, La mina, que empecé anoche. Cuando lo he terminado de leer me  he levantado y he comprobado el correo.


Anoche envié varios correos que todavía no habían tenido respuesta. Se presentaba un día tenso, con la cabeza partida en dos, con muchas preocupaciones. Pero leer las entrevistas a Gainsbourg mientras desayuno siempre anima. Tengo que apretar con el libro, que Cyril se marchará y no lo habré terminado. Después me he puesto a editar el making of de Desaparecer, que formará parte del documental sobre la residencia. Quería hacer una secuencia tipo, y breve, como las de Hanneke o ESOC, y he hecho lo que he podido, pero aún así dura unos trece minutos. Lo bueno es que cada secuencia tiene un estilo diferente, lo que me va dando ideas sobre como enfocar el documental final. En esta ocasión, al grabar yo mismo el making of e interpretar el cortometraje, no podía hacer otra cosa que colocar la cámara en el lugar adecuado y dejar grabando. Lo que ha dado largos planos-secuencia estáticos, dignos de una película rumana contemporánea.  Aún así he podido jugar con el montaje: un inicio a lo Naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971); después he ido alternando la forma de mostrar la grabación con el plano en cámara, para que no fuese todo el rato lo mismo. Primero vemos un montaje “convencional” de grabación de la grabación y después grabación real del plano, después lo vemos con las repeticiones, sin alternar ambas grabaciones, la siguiente toma desde la cámara de grabación del corto, etc. Ha quedado largo porque los planos son largo y el efecto de cortar cuando se va desarrollando la acción dentro del mismo plano es algo que no me gusta nada estéticamente. Dura trece minutos, pero creo que está bien resuelto. Me he tenido que cargar varias escenas que tenían momentos interesantes, pero lo más representativo de cómo trabajar en otro idioma, con efectos especiales, repeticiones, esperas y en un espacio tan cerrado pero sacándole tanto partido, ha quedado bien reflejado. Todo este trabajo para un cortometraje de tres minutos y medio que mañana o pasado enviaré al Notodofilmfest y podré publicarlo. 


Me daba palo quedarme todo el día en casa. Encima estaba yo sólo. Cyril ha salido a ver a un amigo francés que solo viene los fines de semana. Yunyi también se ha ido. He cogido el portátil, me lo he llevado a la cocina y me he puesto la banda sonora de Koyaanisqatsi (Godfrey Reggio, 1982) compuesta por Philip Glass mientras me preparaba una hamburguesa de tofú y me la comía. La calidad, la variedad y el precio de los productos orgánicos y vegetarianos en Berlín es incomparable. Aquí este estilo de vida es más que una alternativa, se puede llevar a cabo y es más saludable, ecológico y respetuoso con los animales. Una contradicción en un país que en los mercados navideños sólo vende longanizas.

Al final he salido de casa. No quería irme por mucho tiempo, pues me sabía mal no seguir adelantando faena. Hoy era domingo, pero para mi como si fuese lunes, todos los días los cuento como laborables. Hago lo que me gusta y no tengo horario ni obligaciones que me impidan dejar de trabajar. Tenía pensando irme hasta Alexanderplatz y volver, pero serían muchas horas perdidas. Así que, viendo que ya estamos a doce y tengo que enviar la segunda correspondencia fílmica, me he ido al muro de Berlín, a la East Side Gallery a grabar con el teléfono móvil.  En realidad quería grabar el Tiergarten con nieve, pero como no nieva me lo he tenido que replantear.


Una vez allí he ido pensando sobre que podría tratar el vídeo. Al llegar lo he visto claro. Rosabel me hablaba ayer de un proyecto al que le tiene que dar vueltas sobre lo que representa la caída del muro de Berlín y si la ciudad seguía teniendo dos lados y demás. Algo sobre lo que estuvimos hablando un rato en el contexto de si realmente existió en algún momento eso que llamamos Europa, como un contiene unido y en la misma dirección. Pues esta idea va a sobrevolar la segunda correspondencia. Y, de paso, se la enviaré a Rosabel por si le da alguna idea para el proyecto. Partiré la pantalla en dos, por un lado el este, por el otro el oeste. Después, imágenes de archivo de la historia del muro de Berlín. Sobre las imágenes quizás lea un fragmento de Historia de dos ciudades (1859) de Charles Dickens. Me he dejado el libro en Castellón, pero supongo que podré encontrarlo por Internet.


Al volver he terminado de exportar la secuencia del making of y he escrito y publicado la entrada de mi blog de cine, Anuncios para coches. Esta semana sobre Béla Tarr[1]. Nada más he terminado toda la faena, me ha llegado un mensaje de Irene enviándome el texto de Desaparecer traducido al inglés. No tenía nada mejor que hacer, así que me he puesto a subtitularlo. Menos faena para mañana, que creo que igual tengo que empezar a grabar a Giulz con su trabajo para el showcase.

Como me sabía mal haber caminado tan poco rato, apenas dos horas, quería ir al centro de la ciudad por la noche. Me he puesto una película corta y no muy pesada, pues no tenía la cabeza para nada más. Pi (1998), que me la había recomendado Cyril y era la única que le gustaba de Darren Aronofsky. Cuando se ha terminado he pensado que era domingo, y probablemente estaría todo cerrado y habría poco ambiente, así que me he quedado en casa. He importado todo el material que he grabado del muro de Berlín y he buscado los vídeos que utilizaré como material de archivo. Así, mañana por la mañana podré ponerme a editar. Siempre hay trabajo, por mucho que adelantes las cosas. Cuando has terminado una, sale otra. Pensando en la librería Bartleby, en la posibilidad de que venga Sr. Chinarro y que en unos días igual me reúno con Bet, me ha venido una idea para hacer un Littlesecretfilm. Mañana o pasado iré concretando la posibilidad preguntando en la librería la si puedo grabar allí. Las ideas fluyen como si estuvieran en una cinta de Möbius.