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domingo, 19 de enero de 2014

18-1-2014. La noche americana

18-1-2014

La noche americana

La mayoría de días parecen no avanzar, en cuestiones lumínicas. Sería perfectos para trabajar con noches americanas en cine, si no fuera un efecto tan pasado de moda (aunque reconozco que lo utilicé para un cortometraje en segundo de carrera: The mystery of the desert river[1], que visto ahora me parece… tienes cosas interesantes, pero pretendía ser un corto mudo, y de cine mudo tiene más bien poco. Por aquel entonces igual sólo habría visto la de Caligari, Nosferatu, algún Chaplin y un Keaton, y lo típico: Lumière, Méliès, cortos de la Biograph… ). La cuestión es que hoy ha salido el sol cegador que se deja ver de vez en cuando.

He subido a hacer la colada y me he encontrado con Jiminy, que me ha invitado a almorzar, o mejor dicho a brunchear comida coreana. Venía su mejor amigo a verla, es coreano pero vive en Leipzig desde hace un par de años. Me ha preguntado si tenía huevos (en inglés la expresión no suena tan mal). Le he dicho que no, pero podía mangar uno. Había visto que Cyril tenía una caja en la nevera. Con el huevo en la mano he subido a la cocina del piso de arriba. Al entrar al baño me he cruzado con su amigo, que había llegado mientras yo robaba el huevo. Es muy simpático (igual soy yo, pero todas las personas a las que estoy conociendo me parecen muy simpáticas).  Querían hacer día turístico, pues Jiminy todavía no había podido ver bien la ciudad, y me han preguntado. He cogido el Google Maps y un papel en blanco y les he indicado la ruta básica de un día por el centro de la ciudad. Después les he dejado solos. Cuando he aceptado el almuerzo (que más bien ha sido comida a las doce de la mañana), no sabía que vendría su amigo, así que cuando lo he visto me ha sabido mal. Pero no iba a rechazar la invitación una vez aceptada, eso no se hace.

Lo primero que he hecho al volver a la habitación ha sido vestirme con ropa de calle (antes iba en pijama), y acercarme al supermercado a comprarle huevos a Cyril. Me he fijado en el paquete de la nevera para comprarle el mismo. Tenía tres supermercados a elegir y he escogido el correcto, el que tenía la misma marca. Suerte. Más tarde, cuando me he cruzado con Cyril en el pasillo se lo he explicado todo. Cuando le he dicho que le había quitado un huevo me ha puesto cara ofendida, con razón, pero después le he dicho que le he comprado una docena y ha comprobado que soy legal. Aunque la cara que me ha puesto, por primera vez, me ha asustado. Pero como se suele decir: “más vale pedir perdón, que pedir permiso”, expresión que me parece que ahora da nombre a un libro sobre el programa de Jordi Évole: Salvados.

He estado editando la entrevista de Hanneke hasta que ella ha llamado a mi puerta, justo en el momento en el que he comprobado que todo había quedado bien. No se la he podido enseñar porque, por alguna extraña razón, al darle al play se ha puesto todo a renderizarse. Mañana, que la habré exportado, la podrá ver y darme permiso para publicarla en Internet  y no sólo en la posible exhibición del proyecto.

Nos hemos ido a ver una instalación en la Glashaus donde había un cortometraje de su amiga griega Marina Stavrou. La verdad es que Marina ha hecho una pieza muy interesante, aunque después conversando con ella no parecía estar del todo satisfecha. Pero, los cineastas (o los artistas; o cualquier persona, en realidad) ¿cuándo estamos realmente satisfechos de nuestro trabajo? Nunca. No he querido darle mi opinión, porque con mi inglés seguro que la hubiera cagado. Pero me he comprometido a escribir un texto de diez páginas, en español, con mis impresiones y análisis de su trabajo. Le he dicho que me recordaba a Val del Omar y que era un cumplido de los muy buenos. Se lo ha tomado bien. Le pasaré algún trabajo de Val del Omar cuando le envíe el texto.

Habían otras tres piezas, también muy interesantes: Una serie fotográfica de tres artistas donde se veía una evolución de la casa prefabricada moderna a la abstracción de la naturaleza, y en medio, el caos de la yuxtaposición entre ambos conceptos. También una especie de mural interactivo en el que iban cayendo barras negras dentro del vídeo, pero que si proyectabas tu sombra, estás chocaban contra ti. Radares de movimiento o algo parecido, pero muy divertido. Y la última era un semicírculo con las diferentes formas de creencias contemporáneas, representadas por sus típicos lugares de oración, y en el centro una pizarra con una especie de purpurina, que según donde te sentabas veías en ella el símbolo de su respectiva religión.

Al salir, hemos dado un largo y agradable paseo bordeando el río,  haciendo una parada en el Lidl para comprarme un par de pretzels. Al llegar a casa le he pasado Cría cuervos, ya que ayer no la pudo ver. Y me ha dicho que, sin darme ninguna pista, le pasara una película que creyese que le gustaría. Algo muy complicado. He estado cinco minutos entrando y saliendo de carpetas y subcarpetas de mi memoria externa donde guardo más de mil películas. Le intentaba sacar pistas, pero no había manera. Al final he optado por una de mis favoritas para pasar un buen rato y ver algo diferente, y creo que le puede gustar: Punch-Drunk Love (Paul Thomas Anderson, 2002), una comedia romántica muy bizarra, llena de música y color, que atendiendo a las respuestas de la entrevista, a Hanneke quizás le cautive. Yo es que siento empatía con el personaje de Adam Sandler.  He estado a punto de ponérmela esta noche, pero la he visto tantas veces que no quería gastarla hasta verano, que es cuando suelo verla, así que he aprovechando que había leído unas cartas de Godard a Truffaut, y viceversa, echándose pulgas por La noche americana (François Truffaut, 1973) y he decidido revisarla. Creo que le doy la razón a Godard, aunque la parte romántica de Truffaut también está presente en una filmación, pero no. El cine necesita estar vivo, salir a calle (localizaciones reales), trabajar con los imprevistos, con la fugacidad, con la vida, que inspira, cada momento de veracidad, tras la cámara.

sábado, 18 de enero de 2014

17-1-2014. Cría cuervos... y te darán mandarinas

17-1-2014

Cría cuervos… y te darán mandarinas

He madrugado sabiendo que hoy iba a ser un día muy entretenido. Por eso me ha costado todavía más levantarme de la cama. Ya casi he terminado el libro de entrevistas a Gainsbourg que me dejó Cyril. Lo primero era ver las correspondencias fílmicas que me envió ayer Paco Dalmau desde Rotterdam, unos planos-secuencia muy interesantes, que se van llenando de detalles a medida que avanzan: la imprevisibilidad de la realidad, y con matices de movimiento (en la decisión de realización) que descubren que detrás hay una mirada artística y no es un plano arreu, como decimos en catalán. Me han gustado mucho y le darán un toque diferente al conjunto de correspondencias, haciendo mucho más interesante la serie. La primera correspondencia es desde la Blaak Station, Rotterdam Market Hall, Biblioteca, Casas Cubo y Grote of Sint Laurenskerk. La segunda es el barrio de Wielewaal, fue construido después del bombardeo de los nazis que destruyo toda Rotterdam para que la gente que se quedo sin casa pudiese vivir, todavía sigue en pie gracias a la gente que vive en el barrio, ya que existen varios para reconstruir la zona.


Después lo he preparado todo para la entrevista a Hanneke. Se han hecho las diez y he subido a su habitación con el equipo: Cámara Harinezumi, grabadora de sonidos, micrófono, trípode… todo el percal. Ha sido una entrevista divertida. No sé si es que es de risa fácil o de verdad le hacen gracia mis comentarios, pero la cosa es que se divierte cuando hablamos. Por otra parte, la entrevista ha salido bastante bien y no se ha hecho larga. El único fallo, el sonido, que tengo que grabarlo mejor la próxima vez. Como bien me ha preguntado Hanneke:  Am I your first victim?”. Pero como frente a la cámara siempre sale bien, pues para ser la primer entrevista no me puedo quejar del resultado. De hecho, un pequeño collage que le he enviado en agradecimiento, con algunas capturas de su gesticulaciones que me recuerdan a Scarlett Johansson, y que ha subido a su Facebook, está batiendo records de “me gusta”.


Seguidamente, me he puesto a grabar a Samuel recogiendo las hojas secas del jardín, no vaya a ser que nieve y se convierta en terreno impracticable. Parecía una tontería de trabajo, pero nos hemos tirado unas cuatro horas, él recogiendo y yo grabando. Hoy ha sido fácil descubrir la esencia de la secuencia de Samuel, de la que hablaré cuando me ponga a editarla. Pero la grabación ha sido larga, muy larga, con planos muy largos tanto de escala como de duración. En tanto tiempo nos hemos conocido mejor y me ha hablado de la vida nocturna berlinesa, que debería empezar a conocer (aunque sea un poco). Me ha pedido ayuda para una mudanza el martes. Le he dicho que sí.

Mientras nosotros trabajábamos, dentro de la residencia se estaba llevando a cabo una reunión con artistas de otra galería para el próximo Project Space. Sergio me ha dicho que les interesaría que les grabaran, y a mi, por supuesto, me interesaría grabarles para el documental. Me ha presentado a la comisaria de la exposición y hemos quedado en hablar la semana que viene. Ya se me van acumulando citas: Samuel, comisaria, comisario de la beca, ¿Rotterdam? Una de las artistas del grupo me ha visto bajar las escaleras con la boca llena de galletas. Le ha hecho gracia. Menos mal, porque la impresión no era muy buena. Y cuando se han ido se ha despedido con una complaciente sonrisa a lo Zooey Deschanel.

Hemos terminado el jardín a las tres, justo cuando salía el sol, antes de comenzar a caer de nuevo. Me he puesto a editar la entrevista a Hanneke, para irme quitando faena de encima. A las cuatro, han venido a la habitación ella y Jiminy para irnos a Bartleby a ver Cría cuervos. El paseo ha sido agradable, pero el visionado del film no tanto. El lugar es muy pequeño, y la verdad, no es muy adecuado para proyecciones o conciertos tal como quieren proponerse hacer. Además, se ha llenado de gente y nos ha tocado sentarnos en el suelo. Hanneke se ha marchado antes de empezar la película, y con razón. Jiminy se ha quedado, es una de sus películas favoritas. Como le he dicho a Hanneke en un correo que le he enviado al llegar a casa disculpándome por el lugar y diciéndole que hizo bien en irse: “My ass ended in other part of my body when the film finished”.

Antes de comenzar la película he intentado hablar con la chica responsable del local para comentarle lo del Littlesecretfilm. Estaba claro, no era el momento. Y aparte de explicarme mal, me he quedado a la mitad porque ella tenía que intentar acomodar a los que iban llegando. En el mensaje que han colgado agradeciendo nuestra asistencia a los que hemos ido me han mencionado:

Muchísimas gracias a todos por venir!! Ha sido una gran primera experiencia cinéfila en la librería. Pedimos disculpas a la gente que se ha quedado fuera por falta de espacio, el lugar no es muy grande y nos hemos apretado al máximo. El chico que nos ha empezado a contar un asunto sobre un documental, que nos escriba un mensaje o un mail si lee esto, con todo el ajetreo no hemos podido acabar de hablar, mil disculpas! De nuevo, millones de gracias a todos por haber venido. Mañana tendremos un concierto genial a partir de las 7:00pm y vermut todo el día, como todos los sábados. A ver si os vemos de nuevo. ¡Un abrazo!

Me pasaré mañana por la mañana o el lunes.


Después de la película Jiminy y yo hemos ido a cenar. Le he intentado explicar lo mejor que he podido que el título de Cría cuervos viene de la expresión: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, pero que la lectura que ella había hecho también era válida, pues es muy metafórico. Hablando y hablando, no sólo le gusta Carlos Saura o El sur (Víctor Erice, 1983), sino que también escucha La buena vida y La bien querida. Hoy era yo el sorprendido por los conocimientos de los demás. Le he dicho que le pasaría música española indie al llegar casa. Y eso he hecho. Mientras se copiaba, hemos seguido hablando y resulta que más o menos vivimos la misma situación. Ella procede de una ciudad pequeña donde no hay mucha salida cultural y  artística (como Castellón), se fue a estudiar a la capital de su país, Seul, una ciudad grande y llena de oportunidades (como Barcelona), y volver a su ciudad natal sería visto como una especie de fracaso, porque así lo ve la sociedad, cuando no quiere entender que hay gente que preferimos eso (como nosotros), aunque si ahí no puedes trabajar de lo que sabes porque nadie aprecia la cultura, pues habrá que irse a otro lado. Y es que ya lo dice La bien querida en una canción que ha citado Jiminy, no yo (siendo esto la primera vez que me pasa en la vida, creo): “Noviembre anda revuelto. Los barcos salen del puerto”. En agradecimiento por la velada y a música, me ha regalado una pequeña bolsa de mandarinas. “This is my dessert everyday! Thank you very much!”.

jueves, 16 de enero de 2014

16-1-2014. Estilo

16-1-2014

Estilo

Hoy he estado más perdido que Spiderman en un descampado. Tenía planeado irme a la puerta de Brandemburgo para ver la que habían montado con esto de la semana de la moda, pero he ido a hacer la compra y se me ha hecho tarde para aprovechar la mañana allí. Los desfiles terminan pronto, sólo me daría tiempo de ver uno. Como tampoco estaba seguro si era al aire libre o no, he buscado por Internet una cámara de vigilancia o similar que me mostrara el lugar a día de hoy. La he encontrado y he visto que han montado una carpa restringida al público. Plan cancelado.


Nuevo plan: ir por la noche, a las nueve, a uno de los eventos públicos. Mientras tanto… he diseñado la caratula del DVD de Sad Song para enviarlo a festivales y he empezado a editar el vídeo de Giulz con la música que ella estaba escuchando mientras trabajaba: Scary Rainbows de Banditos. Sin lugar a dudas, la secuencia de Giulz va a ser la más dinámica que he montado nunca. La mayoría de planos no duran un segundo, van con el ritmo de la música y esta compuesto como si cada plano, en su escala, fuera una nota musical. Vamos pasando de planos más cerrados a abiertos, de abiertos a cerrados, escalonadamente o con saltos bruscos, hay raccord, hay saltos de eje, los movimientos de Giulz… todo en función de la música, su ritmo y su tono. Eso llevado al campo de la imagen. Apenas tengo minuto y medio de secuencia y he utilizado unos setenta planos.

A medio día, pensando en el plan de la noche, me he puesto Guía del autoestopista galáctico (Gartg Jennings, 2005). Le había dicho a Irene que la vería, pero pensando en tantas otras cosas se me pasó. Hoy me lo ha recordado, y para que no se me volviera a pasar he aprovechado ese rato después de comer en el que a uno no le apetece hacer mucha cosa. Después he seguido con el montaje de Giulz. He recibido las correspondencías fílmica de Paco Dalmau desde Rotterdam, pero no las he podido ver porque la conexión a Internet no dejaba cargarse los vídeos y la descarga iba demasiado lenta. Mañana lo volveré a intentar. También he recibido un correo del comisario de la beca Habitat, que quiere reunirse conmigo el día 24 para que le cuente el proyecto. Supongo que vivirá en Berlín.

Se me han hecho las ocho y ha empezado a llover y hacer frío. Estaba claro, no he ido al evento. He visto que era en un hotel y con mucho estilo. Vamos, que no era para mí. Así que me he quedado en casa, me he puesto a ver las posibilidades de hacer una escapada a Rotterdam la semana que viene cuando empieza el festival de cine,  he montado otro fragmento de la secuencia de Giulz y he pintado (o no sé muy bien lo que he hecho) un cuadro muy brillante de verde tóxico con especias de cocina, tapones, tiritas, plásticos, monedas y goteos de pintura, lo que vienen a ser:


Todas las pequeñas cosas que te hacen brillar.
Aunque las enumerara no las puedo copiar.
Aunque las llevara puestas nunca irían conmigo.
Yo no tengo las respuestas, yo no tengo estilo.

Sin duda alguna la belleza está en el interior.
Pero a algunos les asoma y a otros no.
Yo no es que gane desnudo, es que pierdo vestido.
Yo no estoy en tu cabeza, yo no tengo estilo.


 (Los Punsetes)

15-1-2014. El pollo frito

15-1-2014

El pollo frito

Anoche tampoco pude coger el sueño y me terminé durmiendo a las tres y media. Dos días me ha durado el caer en la cama y quedarme frito. Esto ha provocado que me haya despertado más tarde de lo habitual, a eso de las diez menos cuarto, con lo que me he puesto enseguida a preparar las patatas bravas para la comida de bienvenida que teníamos hoy con el resto de glogauers.  Mientras hervían, se ha publicado en Mone Monkey mi crítica de El lobo de Wall Street[1].  El problema ha llegado a la hora de freír. ¡No teníamos apenas aceite! y he tenido que utilizar aceite de bálsamo para ensaladas… No comments. Viendo que no se ponían crujientes ni a la de nueve, en mi cabeza comenzaba a sonar la canción de Manos de topo, El pollo frito: “Dime cuál, cuál fue el origen del problema, dime cuál, cuál fue el origen del problema. Y la estrella polar ha cambiado de lugar y el pollo frito quería aprender a volar”. Pasadas las doce, la hora a la que empezaba el welcome lunch, he encontrado un bote de aceite de girasol sin empezar. No era mío, pero lo he abierto para intentar salvar mis patatas. Mañana iré al Lidl y le compraré otro bote a quien haga falta. De todas formas, las patatas no han salido bien. La salsa de ajo que compré en el súper ecológico ha camuflado el sabor a aceite de bálsamo. Pero no estaban crujientes. Un desastre. Menos mal que los demás no saben como son las patatas bravas y se las han comido como si realmente fueran así. Como se suele decir: “bendita ignorancia”. La próxima vez, lo juro por el pollo frito, las haré bien.

La comida no ha ido mal. He congeniado con la nueva becaria española, Ana, que se ha sentado a mi lado y hemos estado hablando buena parte de la comida. Igual vamos el viernes a ver Cría cuervos (Carlos Saura, 1976) a la Bartleby con el otro nuevo becario y la nueva coreana, Jiminy, que se ha sentado a mi otro lado y con la que también he estado hablando un poco y me ha contado que le gusta Almodóvar, Medem y Saura. Me ha sorprendido que de Medem conociera Vacas. Le he contado lo de mi video de cante flamenco y canto tradicional coreano y me ha dado su mail para que se lo enviase. Eso, y la información del evento en Bartleby. Ya veremos si al final voy solo o acompañado, o no voy. Aunque debería ir para comentarles a los de la librería la posibilidad del Littlesecretfilm. Después de comer me han notificado desde Notodofilmfest que mi corto, Desaparecer, ya está online[2].

Cuando hemos terminado el welcome lunch, me he quedado a grabar a Giulz, que sigue con su pulpo y parece que va a tener trabajo para casi dos semanas. Le pasé algunos fotogramas de ayer y lo primero que me ha pedido es que en el vídeo apenas muestre su rostro, que me centre en como evoluciona la obra, que ella tiene que ser “anónima”.  Y que tampoco la saque hablando, que sea musical. Esa era la idea, pero intercalando fragmentos de entrevistas encubierta que fui cazando al vuelo. Pero bueno, lo primero es respetar a los artistas y la forma en que quieren que se les muestre trabajando. Si fuera otro tipo de documental, o quisiera otro tipo de relación futura con ellos, las cosas serían diferentes. Pero estoy aquí para hacer amigos y contactos, y aprender, así que en la grabación ellos mandan. Aunque el montaje final, por muy respetuoso que sea, es mío, y eso no hay quien lo dude.

La verdad es que hoy, Giulz, parecía un poco… no sé si molesta, pero si incomoda. Así que he empezado grabando desde la distancia. Hoy se ha puesto los cascos para escuchar música. Se me han quitado un poco las ganas de grabarla por el ambiente tenso que notaba, pero me he quedado ahí hasta el final. Poco a poco ha ido volviendo a coger confianza y me he podido volver a acercar sintiéndome cómodo. Me ha dicho que mañana me llamará para seguir grabando. No sé cuantas horas voy a acumular de material como grabe el proceso entero. Mañana por la mañana, medio  a modo de excusa, me iré a la puerta de Brandemburgo,  que es la semana de la moda de Berlín (o algo así he podido leer) y, al parecer hay una pasarela allí mismo. Me quiero acercar a curiosear. Puede que grabe un vídeo y todo. Incluso que sea el material para mi tercera correspondencia fílmica u otra, que tengo que hacerla desde ahí.

Hemos terminado justo cuando iba a empezar la clase de yoga, a la que acuden todas las chicas de la residencia. Los chicos nos avergonzamos, supongo. Aunque hablando con Hyeja, que me ha dicho que hoy solo eran las cuatro que viven aquí, nadie de fuera, quizás me anime y la semana que viene baje yo también a la clase, por probar. Pero no lo aseguro.

Después, mientras importaba el material grabado, Yunyi me ha pedido que la ayudara a colgar un par de su cuadros. Va a venir alguien a hacerle un reportaje sobre su trabajo y quiere tener la habitación ordenada y con sus piezas bien expuestas. Cuando estaba todo en su sitio me he hecho la cena; algo que no sé cómo no me lo había hecho todavía: pan tostado con tomate y queso. Después mi leche de soja con Corn Flakes (quizás tanto azúcar sea la razón por la que tarde en coger el sueño y siempre estoy hiperactivo; aunque ceno muy pronto, por lo que no debería, no lo sé). La noche ha terminado con Gente en sitios (Juan Cavestany, 2013), cuya primera impresión me ha parecido una tomadura de pelo, pero escribiendo sobre ella le he sacado mucho jugo y he redactado un texto muy llamativo y jugoso que mañana estará publicado en Mone Monkey. Así que a dormir, si es que puedo.

martes, 14 de enero de 2014

13-1-2014. Liberarse

13-1-2014

Liberarse

Tal como estaba previsto, por la mañana he editado la segunda correspondencia fílmica[1] sobre el muro de Berlín. Lo más complicado ha sido grabarme la voz, y no por cuestiones técnicas, sino porque mi voz, mi dicción, mi problema al pronunciar la erre suave y mi entonación no son las más adecuadas para acompañar desde el off. Seis minutos de repeticiones leyendo el primer párrafo de Historia de dos ciudades, de Charles Dickens:

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.

La construcción, la tristeza, el dolor, la violencia y el derrocamiento del muro de Berlín van acompañados por la música de Erik Satie. Al final, el muro a día de hoy, dividendo la pantalla en dos y comparado el lado del este, que se ha occidentalizado con los grafitis de artistas contemporáneos, y el lado del oeste, dejado, como si hubiera formado parte del periodo soviético. Me pregunto si todavía se puede considerar a Berlín una historia de dos ciudades, más allá de las apariencias. Sobre estas imágenes, el texto de Dickens, que pone la duda en la contradicción y que nos hace pensar si estamos viviendo en los viejos tiempos. Porque el relato del escritor inglés es tan vigente hoy como en el año en el que se publicó: 1859.



Cuando estaba puliendo algunos detalles y recolocando planos, ha llamado a mi puerta Giulz, Giulietta. Iba a empezar a trabajar en su obra y me avisaba por si quería grabarla. Eran las once de la mañana. Hemos terminado a las siete. He empezado utilizando el trípode y cuidando los encuadres, como siempre, buscando el motivo del vídeo, aquello que lo hiciera diferente a las secuencias de ESOC, de Hanneke y de Desaparecer. En un primer momento he pensado en dividir la pantalla en tres, y así he estado grabando al principio. Pero el pulpo que está construyendo con alambres y una especie de plastilina, en tres dimensiones y que atravesará el showcase, me rompía en todo momento los ejes que necesitaba respetar para poder dividir después la pantalla. Así que vuelta a empezar y seguir buscando la esencia del trabajo de Giulz. Cuando se han ido Sergio y los demás becarios, y nos hemos quedado solos, ella se ha puesto música para trabajar. Música electrónica, impulsiva. “Trabajar con música me libera”, me ha dicho en italiano. Poco a poco he ido cogiendo el ritmo de la música con mi cámara y he terminado dejando el trípode a un lado y grabando a mano, con zooms, con desenfoques, con rápidos movimientos de cámara… yo también me he liberado de la estricta minuciosidad del plano estático y me he dejado llevar por el ritmo y el movimiento constate de Giulz mientras trabaja. Ahí estaba lo que haría a esta secuencia diferente del resto, y lo que definía la forma de trabajar de Giulz: la efusividad, el movimiento, la plasticidad, el desparpajo.



A media tarde hemos hecho una pausa para comer. Ella ha cocinado arroz y yo he bajado una hamburguesa vegetariana y otra cosa, también vegetariana pero que no se exactamente lo que es, aunque está muy buena. Hemos comido bien y hemos descansado un rato, hablando y practicando el españitalianglish. Me ha preguntado cuantos años tenía, pues me echaba varios más pero dudaba. Le he dicho que veinticuatro, los mismos que ella. Se ha sorprendido de que ya esté trabajando en una residencia artística. “Tu sei molto piccolino”. Al parecer, lo normal es llegar aquí con veintiséis o veintiocho como poco, y que la media suele estar en los treinta. “Io non sono molto normale”. Después hemos hablado del futuro, de cuando ella termine el Erasmus y yo la beca. A los dos nos gustaría viajar por el mundo trabajando en lo nuestro…: “quel cosa lo che vogliamo tutto”, le he dicho. “Essere libere per fare il nostro lavoro”, me ha dicho ella.

Después de comer hemos seguido trabajando. Por la tarde me he centrado más en los planos cerrados, de detalle, de su trabajo con las manos dando forma a los alambres que forman los tentáculos del pulpo y de su profunda mirada que analiza cada detalle de la estructura. Se lo he dicho claramente: “Il tuo occhi sono molto cinematografico”. Sus ojos felinos, a medio camino entre Anna Magnani y Sofía Loren, son muy intensos en cámara.  Cada persona tiene un rasgo que destaca, hay que saber encontrarlo; después, (con)centrarte en ello ya tienes una actuación vibrante y sugestiva para el espectador.


A las sietes hemos tenido que parar. Han llegado los de la clase de dibujo con modelo y no podíamos molestarles, tal como habíamos acordado con Sergio. Nos hemos despedido y me he subido a la habitación. Cyril estaba en el pasillo, haciendo pruebas para su película. Necesita convertir nuestro pasillo en una sala de espera de hospital, y para ello necesita adecuar la iluminación. He hecho de modelo de luces para que pudiera comprobar como quedaba el espacio y las proyecciones de luz y sombra sobre un cuerpo.

Llevamos sin Internet desde las ocho. Así no puedo adelantar trabajo. Necesito Internet para corregir los errores de mi traducción y poder subtitular la correspondencia fílmica y subirla a Youtube y Vimeo. También para poder presentar Desaparecer al Notodofilmfest. Y también, para poder descargarme la música que estaba escuchando Giulz y así poder empezar a editar su secuencia, que me va a costar mucho. Liberarme ha implicado una grabación más rápida, más divertida, más dinámica, pero que conlleva mucho más montaje. Ahora, entre todo el caos de las casi dos horas de grabación (de sólo la construcción de dos patas del pulpo) tengo que encontrar los rayos de luz que saquen la esencia del trabajo de Giulz, y condensar todo ese tiempo entre dos y tres minutos, no más. Por eso no quiero empezar a montar hasta no tenerlo todo grabado, para así poder hacerme una idea del tiempo que requerirá cada escena de la secuencia final. Pero si no hay Internet, de algún modo tendré que aprovechar el tiempo. Dicen que Internet libera, pero es todo lo contrario, te absorbe. El mismo nombre lo dice: la Red, como la que caza pulpos como el que esta fabricando Giulz. Hasta que vuelve Internet seguiré con la dichosa acuarela.

Apéndice:
Son las dos y media de la mañana. Internet no ha vuelto todavía. Me he pasado tres horas pintando la maldita acuarela. He escuchado el disco de León Benavente, los tres de Triangulo de Amor Bizarro y el primero de Los Punsetes. Me he grabado mientras pintaba, pero hacía tanto el ridículo cantando y bailando De la monarquía a la criptocracia y Ellas se burlaron de mi magia, que he preferido borrar el vídeo. He roto un pincel y desgastado por completo dos. He utilizado tres nuevos y abierto las pinturas acrílicas. La pintura a pasado por mil fases. Por un momento ha sido el retrato de una pelirroja, después de una pelirroja de espaldas, después de una flecha con ojos de chino, después una V, después un fondo neutro verde con diferente tonos y un punto central naranja, después ya no lo recuerdo. Al final, he pesando en Giulz, su estilo de pintura y las palabras que me ha dicho hoy, que ya he olvidado, me han venido a la mente en un momento de inspiración. Al final sobre el fondo verdaderamente liso y lleno de capas y matices he dejado caer goteras y chorros de verde tóxico, el mismo que utilicé para pintarme los brazos. Sobre esto he pintado desde la lejanía con el poco spray rojo que me quedaba, y luego, una vez más he hecho un Pollock con el verde. Poco a poco, el lugar en el que la pintura en spray y el acrílico verde chorreante se mezclan está subiendo y ganando superficie. Tres horas, mucha pintura derramada y todo para esto. Cuando solo te mueve el impulso no se puede llegar a ningún lado. Cada capa venía con una idea, pero que rechazaba al ver un error, hay que se persistente. Por otra parte, y ya lo he comentado anteriormente, pasar el tiempo pintando, aunque sea por el puro placer de pintar y hacer la del ensayo y el error y repintar sin parar, es una actividad que estimula al cerebro y descarga la tensión acumulada. Cuando se haya secado la pintura y vea el resultado final, si es decente, creo que se la regalaré a Giulz.