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martes, 17 de diciembre de 2013

16-12-2013. La llaga

16-12-2013

La llaga

Bienvenido al mundo del ensayo y del error. Bienvenido al tiempo del amor y de la llaga” (Deluxe). Una llaga detrás del labio me está matando desde ayer. Y mientras tanto, jugando al ensayo y  al error en el montaje de Sad Song a lo largo de la mañana. Lo peor de una película tan elegante y tan cuidada es que el sonido no está a la altura. La próxima cámara que me compraré tendrá que ir con un buen micrófono para grabar en exteriores y que salga algo bueno, no decente. Se puede escuchar si lo dejo en niveles bajos, pues he tenido suerte con el viento y me ha respetado bastante. Pero cuando silba…

Así que la pospo de sonido, dentro de todas las limitaciones que el audio capturado me permitía trabajar, se ha centrado en eliminar los momentos donde el viento golpeaba al micrófono y producía un chirriante e insoportable sonido. En los casos donde ese viento no molestaba porque venía acompañado de más ruidos o duraba apenas unas decimas de segundo, lo he tenido que dejar para no estropearlo más. Una vez más, me ha salvado el fuera de campo. Como la mayoría de ruidos provienen del fuera de campo he podido sustituir los bloques de sonido donde dominaba el viento por otros más tranquilos sin que se note la diferencia. De todas formas, tengo que pulir el trabajo con el sonido directo. Pero ya es bastante complicado grabar solo en medio de la calle sin permisos con un trípode, para además con la otra mano manejar una grabadora de sonido, con el cable XLR y el micrófono con un cortavientos. Está claro, para vídeos futuros en los que tenga que trabajar solo necesitaré un cambio de cámara.

Mi Panasonic creo que tendrá ya unos cinco años, y al ritmo que yo la uso deben ser unos ocho años perrunos. Vamos, que poco a poco me pide la jubilación. Pero espero que me aguanté hasta finalizar este proyecto. Probablemente, si se hace una instalación con todo lo grabado, la deje expuesta también.


El montaje de imágenes no tenía muchas complicaciones, como conté el otro día, pues sólo había que seguir el orden cronológico de los personajes y/o esculturas y memoriales. Básicamente, después del prólogo, el único punto donde podía jugar era con la parte de historia grecorromana. La duda estaba en donde colocar el plano con la estatua del lobo y la cigüeña. Esta estatua representa una fábula cuya moraleja viene a decir que es inútil hacer el bien a los malvados, pues nunca corresponden los favores recibidos. Había pensando en colocar esta estatua justo después de toda la parte grecorromana, pensando equivocadamente que las fábulas fueron más comunes en la edad media. Pero las fábulas no son Los cuentos de Canterbury, este género literario ya existía en la cuna de la civilización en Mesopotamia. Y no nos olvidemos de las fábulas de Esopo. Así, después de comprobar fechas y pensar que comenzar con una fábula tan significativa tendría más fuerza he decidido colocar la estatua del lobo y la cigüeña la primera de todas, seguida por Niké oculta tras los árboles, incapaz de ver nada. La Victoria imposible.

El resto del montaje ha seguido un curso cronológico bastante temporal, en el que las fechas extensas de reinado de los emperadores, generales y compañía, me han permitido ir intercalándolos con intelectuales, creando así un perverso juego irónico. Es interesante ve la evolución y el retrato que se hace de cada clase “estamental” y los periodos. La película comienza con las esculturas clásicas grecorromanas, blancas y bien cinceladas en mármol. Le siguen grandes figuras de bronce de los mandamases prusianos. Muchos de ellos a caballo. Y si no están a caballo, son ensalzados encima de un pilón. Los médicos, intelectuales, científicos, políticos y economistas tienen una representación más mundana, más humilde. Están a ras de suelo y sus figuras tienen una estatura de ser humano. Los memoriales son gigantescas moles de piedra y/o derivados. El peso de la historia. Y cuando llegamos a la contemporaneidad llega la abstracción y la confusión de materiales. Las estatuas son hombres molécula, osos amorosos y figuras camino del cubismo. Como decía, es muy interesante ir siguiendo esta evolución durante la hora que dura el film. También lo es ver en que lugar están ubicadas las diferentes estatuas y cuanta gente las transita, atendiendo así a la importancia que realmente se le ha dado a la memoria de estos personajes o momentos históricos.


Creo que hasta el momento ésta es mi película con mayor poso ideológico (tanto político como de acumulación de ideas bajo las imágenes) que he hecho hasta la fecha. Mi anterior cortometraje, Monumentos en la luna, también tenía muchas lecturas de fondo y una puesta formal arriesgada. Era más clásico a nivel narrativo, éste es más contemplativo. Son opciones diferentes para hablar de las cosas. Y cada una necesita de un contexto de exhibición. Como Sad Song está previsto para festivales de cine experimental y exhibiciones en museos, creo que esta es la forma más adecuada para expresar la idea que quería reflejar. Pues al final, lo importante en el arte contemporáneo es el concepto y la idea. Y el reto es lograr expresarla con nitidez sin regresar a cánones clásicos.

Al final no he utilizado el maravilloso plano del Molecule Man para cerrar el film. Pero he puesto otro también muy significativo. Si la película comienza con un lobo y una cigüeña, termina con un entrañable oso que da la bienvenida a los turistas y a los asistentes del O2 World, el mayor reciento de conciertos de la ciudad, llamado así cuanto la compañía Telefónica O2  adquirió los derechos del proyecto. Y el oso es tan amoroso y naif que salta el contraste entre las primeras esculturas grecorromanas y esta. Detrás del pequeño oso, el gran coliseo que es el O2 World. Cómo un estadio es llamado Mundo. Un mundo de oxígeno diatómico. Todo un signo de los tiempos.


De lo que ha sucedido a lo largo del día no hay mucho que decir. Me han publicado la crítica de La grande bellezza[1] (en la que me podría haber esmerado más, pero es una película complicada sobre la que realizar un breve comentario crítico-analítico y requiere trabajarla con mayor detenimiento y no una primera y somera impresión).

También ha venido Martí, de ESOC a recoger el vídeo que les grabé de su performance. Se marcha a Valencia por navidad y quería llevárselo consigo. Las navidades se acercan. He leído que en la puerta de Brandemburgo se celebra el fin de año a lo grande. Me hace ilusión ir. ¿Cuántas veces podré hacerlo?

miércoles, 11 de diciembre de 2013

11-12-2013. Molecule Man

11-12-2013

Molecule Man

El día ha sido igual que ayer, pero he salido antes y he llegado más tarde. He estado pensando que igual me hago el camino de Santiago en verano. Hoy no ha habido imprevistos. Otro día tranquilo de caminar y grabar. He tardado más porque probando caminos me he ido perdiendo, pero al final he cumplido el plan de grabación.

El plano ha destacar ha sido el Molecule Man: una impresionante escultura de tres hombres moleculeizados que caminan sobre las aguas. Para llegar hasta ellos he tenido que cruzar el parque de los drug dealers, que a buenas horas de la mañana ya estaban haciendo guardia. Después me he tenido que meter por un pequeño barrio de astilleros o algo similar que no daba muy buena espina. Mientras probaba los primeros planos escuchaba pasos detrás de mi que se detenían al mismo tiempo que yo. Al final ha resultado ser una pareja que no quería salir en la imagen.

Hacer el plano ideal del Molecule Man ha sido complicado debido a dos razones (si os fijáis, siempre son dos las razones para todo. No me gusta complicarme mucho): la primera por su tamaño y su alrededor, que convertían el encuadre en algo muy complicado. La segunda era que va a ser, en principio, el último plano de Sad Song, con lo que tenía que ser muy significativo y decir mucho. No bastaba con una buena colocación de los elementos dentro del cuadro, tenía que haber mucho más. Al final, después de probar seis o siete encuadres desde diferentes distancias y posiciones de la escultura, he encontrado en el último intento la imagen perfecta.


Ésta contiene los elementos ideales para sintetizar todas las ideas que puede llegar a plantear la película. Al lado izquierdo del cuadro vemos la torres gemelas modernas, las Treptowers. Al lado derecho la torres gemelas antiguas del puente Oberbaumbrücke. Unas gigantes, otras diminutas. En el centro el Molecule Man. Los viejo y lo nuevo, la ciencia y la naturaleza. El hombre moderno en el centro, el hombre moderno como ese Dr. Manhattan de Watchmen (Alan Moore, Dave Gibbons y John Higgins, 1987), el hombre moderno como “el destructor de mundos”, que diría Oppenheimer.


Molecule Man es el nombre de uno de los villanos del universo Marvel creado en la década de los sesenta y cuya aparición destacada es en Secret Wars. La primera escultura dedicada a este hombre formado de moléculas de aluminio fue en Los Ángeles el año 1977. Desde entonces, esta representativa figura del cambio se ha levantando en otros lugares como Iowa, llegando a Berlín en 1997, casi diez años después de la caída del muro, que se encuentra a pocos metros de nuestro hombre.  Más significativo del consumo de Europa por parte de occidente (EEUU), imposible. El Este de Berlín, la East Side Gallery se ha convertido en un mural colorista y (pop)iconico que ha perdido todo su sentido. Ahora es otra atracción del universo Disney. No sé si éste será el último plano de mi película (pues pensando en la fecha y el orden cronológico que quiero que lleven las estatuas, quizás, otros menos destacados ocupen ese lugar) pero desde luego es uno de los planos más importantes del film.