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lunes, 6 de enero de 2014

5-1-2014. En el regalo de reyes habrá sangre

5-1-2014

En el regalo de reyes habrá sangre

La noche no había sido buena. El dolor me impedía dormir, así que me puse a traducir al inglés el guión/relato corto Desaparecer. Después comencé el storyboard para empezar a hacerme una idea de cómo podría ser el corto visualmente. Es muy fácil escribir sobre gente a la que le desaparecen los brazos, pero cuando tienes muy pocos medios, hacerlos desaparecer de verdad es muy complicado. Cada plano que pensaba para el storyboard lo hacía teniendo en cuenta el minimizar en la medida de lo posible, pero sin restarle intensidad, la aparición de aquellas partes del cuerpo que en el guión indica que me tienen que ir desapareciendo.

Se me han hecho las ocho de la mañana y he subido a poner la lavadora. Había alguien terminando de ducharse, por lo que la ha puesto todo lo rápido que he podido, para no cruzarme con la persona del baño y provocarle un susto mañanero. Con las prisas no he mirado el programa y he puesto uno de los largos. Casi cuatro horas ha estado lavándose la ropa. En este tiempo me he duchado, he desayunado, he subido con el libro de cuentos chilenos, he terminado de dibujar el storyboard, me he ido con Cyril ha buscar una especie de almacén de segunda mano que sólo abre los domingos pero hoy estaba cerrado, y he desayunado con él en una cafetería “francesa” donde vendían “pain au chocolat” pero las chicas que la llevaban solo hablaban alemán.


Cuando he vuelto ha casa he subido por decimocuarta vez a comprobar si la lavadora ya había terminado. Ahora sí, por fin. Me he encontrado con otra de las nuevas chicas que han llegado a la residencia. Una alemana, se llama Antje y es amiga de Hanneke. Después de tender me he puesto ha hacer pruebas para ver si puedo conseguir que mis brazos desaparezcan con facilidad utilizando la tela verde de croma. Las pruebas han resultado un fracaso, pero han salido otro efectos interesantes que podrían venirme bien para otro momento, pero no para Desaparecer. Creo que tendré que pintarme de verde limón los brazos si quiere hacerlos desvanecerse con “facilidad”. Mañana o pasado iré a comprar pinturas y, de paso, algún lienzo.

  
Haciendo pruebas casi se me han hecho las dos, y hoy me apetecía prepararme una comida decente. He cogido el portátil, lo he llevado a la cocina-comedor, he puesto a Julia Holter y he empezado a pelar patatas y calentar el agua para echar el arroz. En eso ha entrado Lye a hacerse su comida. Un día más, ya que hemos vuelto a coincidir, hemos comido juntos. Ya que tenía la música puesta le he preguntado sobre música y ha destacado el jazz. Después sobre cine, y me ha sorprendido. No sabía decirme películas en concreto, pero sí un director: David Lynch. “I love David Lynch”, le he dicho. Y hemos estado hablando de él un rato. Le he contado que ahora Lynch hace música. Como Lye no la había escuchado, he cogido el Spotify, he quitado a El hijo y le he puesto el último de Lynch: The Big Dream. Después le he preguntado que cineastas chinos le gustaban, por curiosidad, y también más o menos los mismos que a mí, los más conocidos por Europa. Lye lleva viviendo seis o siete año aquí y le gusta más el cine europeo que el asiático. Hemos hablado de Tsai Ming-liang, Hou Hsiao-Hsien, Wong Kar-wai, Jia Zhangke, Ang Lee…. Le he confesado que Ang Lee no me gusta especialmente. Ella me ha hablado de Almodóvar. Le he tenido que volver a decir lo de que no me gusta especialmente. Fuera de España sólo conocen a Almodóvar y a todos les gusta. Le he explicado que Almodóvar viene Fassbinder y éste de Douglas Sirk. Y al final ha llegado la gran revelación. Lye me ha dicho que le gusta un “filmmaker from Grease” he entendido yo.  Grease?”, le he preguntado. Y he buscado Grease (Randal Kleiser, 1978) en imdb. Se ha reído y me ha dicho que no. Insistía con el “Gris”, hasta que ha dicho “Angel… I don’t know the name, from Greece”. He saltado de la silla. “Ah! Greece!! Theo Angelopoulos”. “Yes, yes, that’s right. How is the name?”. “Angelopoulos. Is my favorite filmmaker. My last documentary is dedicated to him. I recently wrote a text about him and the new greek cinema”. Y hemos estado hablando un poco de las películas que había visto ella. Le he recomendado El viaje de los comediantes (1975). “Is one of my favorites movie”. Para rematar la jugada, después de hablarme de Angelopoulos, me ha hablado de Tarkovsky, y, por supuesto, le he dicho que tiene que ver Stalker.


Después de tanto cine de autor, he vuelto a mi habitación y me he puesto La vida secreta de Walter Mitty (Ben Stiller, 2013). Le he dedicado una demoledora crítica para Mone Monkey. He llegado a comparar su mensaje con el nazismo. Lo bueno de escribir y reflexionar, aunque sea brevemente, sobre las películas es que te hace darte cuenta de lo que realmente te ha parecido. Antes de escribir la crítica, la película me parecía simpática, pero al darle vueltas y analizar me ha parecido un horror, publicidad encubierta, hay que seguir el sueño americano, la crisis y las barreras no existen si te lo propones… y los sueños, sueños son.

Para quitarme el sabor mal sabor de boca me he puesto otro estreno que he encontrado por la web y tenía ganas de ver. Aquí, en Alemania, muchas de las películas que están saliendo ahora en España llegan tarde, y sin subtítulos en español, así que esta vez tengo que piratear. Si estuviese en Barcelona como el año pasado iría a verlas todas al cine. Enero de 2013 me lo pasé de sala en sala. Bueno, la película era La gran estafa americana (David O. Russell, 2013), que ha sido como volver al mejor Scorsese. Las películas de Russel me gustan, pero creo que no son para tanto. Me interesan, pero noto que por dentro están vacías. Suele coger géneros y marearlos, reformularlos, marcianizarlos, pero se queda ahí. El lado bueno de las cosas (2012) me gustó, pero de todas sus películas creo que me quedo con The Fighter (2010), también protagonizada por Christian Bale que, Batmans aparte, es un gran actor. Mañana o pasado escribiré la crítica del film.

Antes de ver la película me ha llegado un correo, un regalo de reyes que ha resultado ser carbón. Después de dos años, unos días antes de venirme a Berlín había hecho la última reescritura de mi libro Guía para ver y analizar: Pozos de ambición (Paul Thomas Anderson, 2007) y lo había reenviado a la editorial. Los últimos cambios y correcciones de estilo estaban a cargo de ellos, así que lo daba por zanjado hasta tener que revisar las galeradas. Pues bien, me ha llegado un correo de la editorial que me ha tocado mucho los huevos, así de claro. Después de hacerme recortar el libro en más de cien páginas, después de adaptarlo a una escritura más académica y aburrida, después de eliminar apartados completos porque algunos del consejo de redacción los encontraban forzados, después de hacer caso a cada punto y coma que me indicaban en las correcciones, después de reescribir el libro tres veces y tener que pasar tres vistos buenos… me han dicho esto:

Querido Adrián:
Había empezado ya a corregir tu libro, pero, además de diversos problemas  de redacción y estilo que ya me encargo yo de modificar, me he encontrado  con un problema que hasta ahora nunca había encontrado en ningún original. 
Y es que haces una sinopsis larguísima, pero, en el análisis, al menos en  el principio (5.1.3 y 5.1.4) no cuentas la película, sino que,  directamente, te fijas en las escenas o los aspectos más destacables, con  lo cual yo me pierdo. ¿Cuándo aparece H.W.? ¿Cuándo muere su padre? ¿Cómo  adopta Plainview a H.W.?
Tengo que confesarte que yo no he visto la película, pero tampoco había visto la mayoría del resto de películas que hemos editado y nunca he tenido ningún problema al corregir los libros porque siempre en cada uno de los apartados del análisis, además de analizar todos los aspectos relacionados con la puesta en escena, se "cuenta" el trozo de película que  corresponde al apartado.
Lo comenté el viernes en la reunión que tuvimos el Consejo Asesor de la  colección y les pareció bien que te vuelva a enviar el texto para que  arregles ese problema. Dicen que eso lo puedes hacer en un plis. Yo creo que deberías reducir la sinopsis, que debe ser solo "un resumen  claro de la trama del film, destacando sus distintas partes y los aspectos  esenciales" e incluir esa explicación más pormenorizada en el análisis.
Te envío el texto que yo tengo preparado, ya sin imágenes, que es mucho  más sencillo de manejar, para que hagas ahí las correcciones.
Lo siento, pero todos queremos que salga un libro lo más perfecto posible,  ¿verdad?
Hasta pronto. Un abrazo

No le voy a contestar mañana porque es día de reyes en España y no quiero molestar a nadie. Pero, pasado mañana les diré lo que les tengo que decir. En resumen será: que estoy aquí y no tengo tiempo para hacer esas correcciones, que los principales evaluadores les pareció bien el tamaño de la sinopsis, que si la parte descriptiva de las escenas no está en el análisis es porque me obligaron a quitar páginas y que, a elegir, como se supone que estos libros son para gente que está trabajando la película y ya sabe lo que sucede, con explicarla bien en la sinopsis no hacía falta repetirse, porque el lector es inteligente, y decidí eliminar eso antes que la parte de análisis que es lo verdaderamente interesante. Si me fuerzan mucho haré las correcciones, cuando pueda hacerlas. Si no, no. Y a la presentación del libro, si es que al final se publica y se hace presentación, no pienso ir. El libro me parece que es una mierda, así de claro. Y si quiero que se publique es porque me ha costado mi tiempo hacerlo. Un tiempo que cobraré, si es que cobro algo, con cuenta gotas y cuatro duros. Y si alguien quiere la versión completa, con todo lo interesante y lo que la hacía una guía diferente, aunque mal escrita, lo debo reconocer, la empecé a escribir en cuarto de carrera y eso se nota, le regalaré una copia o se la enviaré por email. Dudo mucho que vuelva a escribir un libro académico de este tipo. Tengo en marcha un proyecto sobre otro cineasta, y me he comprometido, pero más allá de ese no pienso volver a someterme a esta continua Sodoma y Gomorra a cambio de nada más que sentir la satisfacción y el reconocimiento de haber hecho un buen trabajo que después te destrozan. Y de satisfacción y reconocimiento no se puede vivir.

Y así, de mala leche, me voy hoy a la cama, con este infructuoso regalo de reyes que me parece a mí que si la cosa sigue así habrá sangre, o There Will Be Blood, como dice el título original de la película de Paul Thomas Anderson. 

martes, 31 de diciembre de 2013

31-12-2013. No se remolonear

31-12-2013

No se remolonear  

Esta mañana quería dormir un poco más de la cuenta por si me esperaba una larga noche, pero no ha podido ser. A eso de la nueve la luz ya inundaba mi habitación. Volver a tener las cortinas medio descolgadas y las paredes blancas hacen que mi cuarto parezca un solárium. Entre eso y los petardos, cohetes, fuegos artificiales, etc. que no han parado de sonar en todo el día era imposible remolonear en la cama. También es verdad que no se remolonear. Una vez despierta, la cabeza ya empieza ha hacer de las suyas, a calcular, pensar, requetepensar, idear, imaginar… así no hay quién pueda vaguear entre las sábanas.

Hoy quería tener un día tranquilo, de esos que vas dejando pasar porque la energía esta reservada para otro momento. Pero tampoco ha habido manera, me aburro si no hago nada. Así que he limpiado la habitación y colgado el cuadro de Gainsbourg en la pared. A los pocos minutos se ha caído, estaba claro, así que lo he dejado apoyado en me mesita junto a la butaca donde desayuno. Me he hecho el autorretrato semanal y he escrito un correo a Agustín, que hace días que tenía que contestarle pero no había podido entre tanta excursión y el vídeo de FrAcTuRaS. A propósito de éste, he hecho una nueva versión a doble pantalla con el vídeo realizado y el plano-secuencia del que parte. Igual hasta es más interesante esta versión. No, no lo es, pero verlo si que merece la pena para no dejar de preguntarse cómo puede convertirse un plano general tan apagado de color y con poco movimiento en ese ejercicio de virtuosismo y ritmo de montaje. 


También he terminado de editar, al menos lo que es la continuidad de planos, el montaje de imagen, la secuencia de Hanneke. He cambiado la música que tenía por una pieza de Benny Goodman que queda realmente bien, dándole al vídeo un sutilidad y buen ambiente que antes no tenía. Haciéndolo simpático. La fachada del edificio sumada a la música de jazz hacen que la secuencia tenga un eco de las calles neoyorkinas de Woody Allen. Me gusta. También he optado por no dejar la música durante toda la secuencia, sino que he aprovechado que la canción marcaba cuatro tiempos diferentes para cortarla y dividir la narración en cuatro capítulos: Delimitar, Pulir, Enmarcar y Pintar. Cada capítulo contiene planos idénticos y/o similares viendo como el proceso de creación está basado en la medición, la repetición y la insistencia. El viento me jodió todo el audio, así que he tirado del banco de sonidos que guardo en las memorias externas. Una vez más, que el ambiente suceda en fuera de campo me ha sido de mucha utilidad para camuflar el efecto. Además, cuando algún coche o bicicleta aparecía el sonido de archivo ha coincidido lo suficiente para pasar por real. La magia del cine. Me falta añadir sonidos concretos de las acciones de Hanneke, que estos si espero poder rescatarlos del audio original, y corregir el color. Faena que he dejado para otro día y así tenerme entretenido.



Para seguir haciendo tiempo me he puesto un par de películas agradables para cerrar el año con humor: Señoras y Señores (Pietro Germi, 1966) y Le Havre (Aki Kaurismäki, 2011). Después me he preparado la cena: un buen plato de sabrosos macarrones con queso, orégano y, a falta de tomate frito, Heinz Ketchup (horrible decisión añadir esto al plato). Y he empezado otra pequeña pintura con el trozo de cartulina que me quedaba del paquete de Corn Flakes y el culo de los tubos de colores verde olivo, marrón, azul, blanco y negro. En el Spotify tenía puesta la lista 50 canciones nacionales 2013 de Mondosonoro . Mientras pintaba ha comenzado a sonar El cielo catalán de Junco y Diamante. Ya tengo motivo para la pintura, pero me faltan colores. Por ahora he podido pintar el fondo y el cielo. La idea es hacer una gran mancha negra con tonos de granate y amarillo que represente Barcelona y un cielo claro cubierto de borrones grises y luego un relieve de pintura amarilla como rayos o algo así. Así funciona mi cabeza mientras pinto. Si me preguntan no diré que soy pintor, al menos hasta que venda un cuadro. Si lo digo sólo será para intentar ligar. Y como la noche se va a alargar hasta mañana, para saber lo que ha pasado dejaré el suspense para el relato del día 1 de enero.

30-12-2013. FrAcTuRaS

30-12-2013

FrAcTuRaS

Con los pocos materiales que tenía pude pintar un pequeño cuadro anoche. Un tríptico de tres colores: azul, marrón y verde olivo inspirado por Gainsbourg. Ha sido un pequeño ensayo movido por el impulso, nada más, pero ha quedado bastante elegante. Aún así, después de haberle hecho la respectiva fotografía y compartirlo en las redes sociales, le he hecho un par de modificaciones esta mañana. He dejado caer goteando por toda la cartulina algunas gotas de verde limón que he conseguido a base de mezclas. No me ha convencido mucho el resultado. Estaba mejor cuando era más sencillo. Por la noche le he añadido dos tiras de negro, del bote al lienzo, sin pasar por el pincel. Después, como un niño, he doblado el tríptico para que las tiras de negros se convirtieran en manchas con relieve. Cuando le enseñé mis pinturas a Violeta, en Barcelona, me dijo que eran muy infantiles. Tenía razón. Pintar para mi es algo diferente al vídeo, es pura desinhibición y goce. Mis pinturas nos son más que colores y relieves movidos por los impulsos y las intuiciones.


Después de haber pintado esto y quedarme mirándolo durante un rato he pensado que cualquier puede hacerlo. Cualquier que tenga una idea de lo que quiere hacer, aunque vaya modificándose por el camino. Pero hasta lo más sencillo necesita de una imagen mental en la cabeza. Y no solo para la pintura o el vídeo, para todo. No tengo ni idea de manejar el Photoshop, pero tenía muy claro que quería desenfocarme por completo en la serie de Autrorretratos para mi madre. He pensando que el programa funciona por capas, debería hacer dos capas, recortar la figura, pasarla a la segunda capa, ahí aplicarle el efecto, cortar y volver a pegar en la primera capa. Era así de sencillo, sólo había que hacerse la idea que cómo llevarlo a cabo. Esto lo hice hace unos días, pero lo he vuelto a traer para ejemplificar el concepto. En resumen, todo deberíamos pintar.

Hoy ha vuelto a salir el sol. Va y viene. Un día si, otro no. Flashes de luz. Fracturas de color, de fondo y de forma en las calles de Berlín. He aprovechado para salir con la cámara analógica y practicar con ella. Nunca la he utilizado. Antes de eso, he sacado con la digital unas fotografías del mural de Hanneke y se las he enviado para que pueda tener algunas con buena calidad de imagen. El otro día hizo unas con su camarita compacta de baja resolución. He ido al parque que va bordeando el río y he hecho cuatro fotos. No más. No más porque voy con carrete, no con tarjeta SD. Si llego a ir con la analógica a Krampnitz no podría haber sacado las ochocientas fotos que hice. Trabajar con analógico es complicado, hay que ser muy cuidadoso y perfeccionista a la hora de tomar las imágenes y de editarlas, o montarlas en el caso del cine.


Pero el digital, si se quiere hacer bien, también necesita mucho cuidado, tiempo y trabajo. Como mi último vídeo, FrAcTuRaS, al que después de varios días completos dedicándole mis horas hoy he podido terminarlo. Que se me perdone la inmodestia, pero es una pequeña obra maestra de cuatro minutos tan absorbente y trepidante que no me canso de verla. El trabajo realizado, fotograma a fotograma a merecido la pena. Aquí su sinopsis: FrAcTuRas es una fugaz contemplación sobre las posibilidades del digital. Inspirado por el cine rítmico de comienzos de siglo y el puntillismo pictórico, FrAcTuRaS comienza grabando una tranquila mañana de miércoles en la Pariser Platz de Berlín para terminar profundizando en la imagen misma y decontruirla para reconstruir un juego de abstracciones, colores, formas y ritmos siguiendo la música de Raül Fuentes (Heezen): Fractura (Secret Speech, 2006).


FrAcTuRaS (Atom Samit, 2013) from Atom Samit on Vimeo.

A media tarde me he tomado un descanso para despejarme y he salido ha dar una vuelta por el barrio. He encontrado una pequeña librería en español, Bartleby, a la que no he entrado porque sé que cuando lo haga me sabrá mal salir con las manos vacías. Desde fuera he visto a los que la llevan sentados detrás del mostrador con ganas de que alguien entrara y les comprase un libro. Ya iré. Mientras tanto sigo saltando ante cada petardazo que meten los niños en las calles. Esto parece Magdalena. Y como tal, mañana mascletà en la plaza mayor. Había pensado acercarme a Alexanderplatz y la puerta de Brandemburgo para celebrar fin de año viendo el castillo de fuegos y demás perifollo que montan aquí, pero Cyril ha llamado a mi puerta y me ha preguntado si mañana quiere que vaya con él y con su amiga francesa, que ha venido unos días a ayudarle con su película, al club Gretchen a pasar la noche entre música electrónica, drum’n’bass, funk y house. No es lo que más me gusta, pero como le he dicho a Cyril: “Better than go alone to see Fireworks”.

sábado, 28 de diciembre de 2013

27-12-2013. Orcas, Marilyn Monroe y Jesús

27-12-2013

Orcas, Marilyn Monroe y Jesús

Sr. Chinarro soñó “que Murcia iba a desaparecer. La noche pasada soñé, Granada ya no existía, ni rastro de Almería, la noche pasada soñé. No, no sé para qué, no sé para qué me desperté”. La noche pasada yo no soñé con Babieca, sino más bien con Willy la orca. Fue un sueño de lo más raro. Para cenar había visto un capítulo de Los Simpson en el que Lisa se hace amiga de una ballena que queda varada en la orilla y a la que no puede salvar. Supongo que ese habrá sido el desencadenante de mi aventura onírica. No recuerdo mucho, sólo que me tiré por un tobogán y caí dentro de una piscina. Era como un parque acuático para niños. Quizás por ser el mayor un hombre me dijo que entregara la ficha, que mágicamente había aparecido en mi mano, a la mesa y así podría continuar con una aventura especial. En la mesa me pusieron un sello y entonces el hombre activó un mecanismo que abrió un contenedor que se asía sobre la nada, flotando en el cielo, y dejó caer sobre la piscina, que había multiplicado su tamaño unas diez veces, a una enorme orca. En el resto del sueño el hombre me enseñaba a bucear y a manejar las aletas. Recuerdo estar la mayor parte del tiempo en lo más profundo de la piscina. Casi tan profundo como estar al final de una gran falla submarina. Veía la silueta de la orca a lo lejos. Al final conseguía acercarme a ella y tocarla. Me ha despertado la alarma del teléfono móvil. Pero era el primer aviso, así que he cerrado los ojos y he vuelto a dormirme otros cinco minutos más en los que me ha dado tiempo de tener otro extraño sueño en el que me planteaba lo famosa que era Marilyn Monroe. Creía que era tan famosa como Jesús, pero lo repensaba y no podía ser porque de Jesús nos hablan ya en el bautismo cuando no tenemos ni memoria, en cambio a Marilyn hasta no llegar a los once o doce años pues es complicado conocerla de por sí.  He pensado si mi prima la conocería. Al final me he despertado y la duda de si Marilyn era más conocida que Jesús se ha quedado en el aire. Creo recordar haber visto un póster de Niágara (Henry Hathaway, 1953) antes de irme a dormir, quizás sea esa la causa del porque de Marilyn en mis sueños.


El mismo cabello rubio y ondulante tiene Hanneke, a quien hoy he grabado mientras pintaba un mural en la pared exterior de la residencia. Me comentó el otro día que me avisaría si lo fuera a hacer, así que me he quedado esta mañana en casa esperando a que llamara a mi puerta. Para matar el tiempo he seguido adelantando con el montaje del video abstracto de Mañana de miércoles en la Pariser Platz de Berlín, al que he decidido cambiarle el título por Fracturas pero que tampoco me convence. Como estoy montando al ritmo de la música y con cada golpe hago un corte y edito de manera completamente diferente al plano anterior, el montaje me está llevando su tiempo y apenas he adelantado un minuto en las casi tres horas que he estado trabajando antes de que Hanneke apareciera.

No podía haber salido mejor día. El tiempo es realmente extraño. Ayer llovió un poco y nos sobrevolaron nubes de tormenta. No hemos visto rayos de sol desde hace dos semanas. Y hoy, de repente, cuando tengo que grabar en exteriores y con buenas condiciones de luz para aprovechar la radiante luminosidad del pelo de Hanneke, ha salido un sol cegador. Lo llamaría suerte, pero me pasa tan a menudo que el clima me acompañe que dudo de quién “decide que ande perdido en corrientes circulares en el tiempo. El que transforma los diamantes en quejidos y lamentos. El que se encarga de que salgas y que yo me quede dentro”, como cantan Los Planetas. Y dudo todavía más después de haber hablado con Sergio por la tarde. Le he preguntado si es normal que a estas alturas no haya nevado todavía. Me ha dicho que no es nada normal. Me ha contado que hace tres años, el veinticuatro de octubre ya tenían capas de veinte centímetros de nieve. Y que el año pasado los alemanes rezaban para tener una blanca nochebuena en las calles y al final, el día de antes, les nevó. Pero que lo de este año está siendo exagerado. No hace el frío que suele hacer, no nieva, no llueve… Será que me he traído el tiempo de la península, como se suele decir. O como le he dicho a Sergio, es el cambio climático, que no se lo toman en serio y cada año el planeta experimenta cambios más drásticos. Hemos llegado a la conclusión de que cuando nieve caerá una buena y no podremos salir de casa.

Pero mientras espero que las calles se tiñan de blanco aprovecharé la maravillosa luz que sale cuando el sol quiere hacer acto de presencia. Es una luz dura, que lo viste todo de un amarillo tan radiante como los adoquines que llevan a Oz. Y grabar a Hanneke con esa luz ha sido un placer. Es una pena que mi cámara no la recoja como es debido y no pueda controlar la intensidad tal como quiero, pero ver los contrastes que produce al mismo tiempo que las atenuaciones y los contornos marcados ya es suficiente para pasárselo bien grabando. Porque si pones la cámara a contraluz tienes una imagen completamente diferente de situarla a favor de ésta, o si te quedas en el centro puede obtener en el mismo plano las dos tonalidades y ver la evolución lumínica en los adoquines de la calzada. En fin, una gozada.


¡Y cómo se iluminaba el rostro de Hanneke! Se dice que las personas pueden ser fotogénicas o no. Es verdad que hay algunas a las que da igual cómo las fotografíes que siempre van a quedar bien, como mi amiga María. Pero en realidad la fotogenia está en manos del que hace la fotografía y las condiciones lumínicas en las que se encuentra. Y hoy, la verdad, bañada por esa luz tan potente, Hanneke no podía ser/estar más fotogénica. Una pena que mi cámara de vídeo no lo haya podido captar a la perfección, pero con el esbozo de la realidad ha sido más que suficiente.

Llevo cinco párrafos y todavía no he hablado sobre qué consistía su pieza. Lo que ha hecho ha sido triplicar el show case pintado dos rectángulos blanco idénticos al espacio que ocupa la ventana de exhibición. La pieza se llama, creo, xtra. Al hacerla en la calle, y conmigo grabado desde la distancia, la situación se ha convertido en una performance en público que llamaba la atención de todo aquel que pasaba.


Al comienzo no estaba muy fino con los encuadres. La incerteza de no saber que iba a suceder me hacía dudar, y los primeros ocho o diez planos no estaban bien encuadrados, movía el trípode, no acertaba a intuir las acciones que Hanneke podía realizar y no conseguía pillarla en un momento concreto… cuando me he adaptado todo ha ido a mejor. Para crear más cercanía y confianza le he preguntado si conocía a Paco Dalmau sabiendo que tendría una respuesta afirmativa. Así que con eso he roto el hielo y se ha sentido más a gusto, pues ya no la grababa un extraño sino alguien conocido, un amigo de un amigo, y eso se nota. También mi capacidad para desaparecer con la cámara. Enseguida se ha olvidado de que estaba allí y ha trabajado con toda la normalidad del mundo. Cuando me acercaba para hablar un instante y darle un momento de pausa se cambiaba el chip, yo volvía a aparecer, le mostraba mi interés y me acercaba un poco más. Cuestión de ganarse la confianza. Para ello, también la he ayudado a volcar la pintura en el cubo, ayudar a sacar y guardar los materiales o limpiar el suelo después de que pelara la pared para alisarla antes de pintar.

Cuando hemos terminado he visto que Sergio y Hye estaban guardando cuadros y he decidido grabarlo también. Quedaban apenas un par de cajas y un lienzo, así que no he podido grabar mucho. Además, Hye necesitaba ayuda para bajar unas cajas que pesaban un quintal y he dejado la cámara grabando y he ido a ayudarla. He descubierto el sótano de la residencia, lleno de cuadros, cajas misteriosas y secretos. Hye se va en unos días. He aprovechado la ocasión para decirle si le puedo hacer la entrevista. Tímidamente me ha dicho que se lo pensará, pero que le da vergüenza y, además, estos días esta muy liada con el traslado. Es comprensible.


Puestos a ayudar, que cuesta poco, le he echado una mano a Sergio para intentar arreglar el embozo que se ha producido en nuestro cuarto de baño.  Tirando de mis escasas habilidades de fontanero heredadas poco más podía hacer que indicar un par de soluciones fáciles cómo detectar la cañería que había que abrir. El suelo de la cocina se nos ha inundado. El olor era insoportable. Ventanas abiertas. Fregonas en modo curling. Caminar sobre las aguas. Lo hemos desatascado un poco, pero no lo suficiente. Sergio ha echado unos polvos de sosa caustica que había comprado, pero no han hecho mucho efecto. He llamado a mi padre para ver si nos podía ayudar desde la distancia, que de esto sabe. Lo que me ha explicado ya lo habíamos hecho. El problema estaba todavía más abajo, y ahí no podíamos llegar. Sergio ha echado el resto del bote de sosa caustica limpia tuberías después de volver a vaciarlas de agua. Lo dejaremos así el fin de semana, a ver que pasa.

Para rematar  el día me he puesto una película griega: Mikres Afrodites (Nikos Koundouros, 1963). Con esto y todo lo sucedido a lo largo de hoy ya tengo suficiente material para que mi cabeza vuelva a tener sueños bizarros sobre orcas, Marilyn Monroe y Jesús. Y es que ya lo dicen Triangulo de Amor Bizarro: “Moriría en la cruz otra vez, si pudiese por San Fred Astaire, de Jesús el peinado tener”.