miércoles, 8 de enero de 2014

7-1-2014. (terminar) Proyectos, (continuar) Proyectos, (empezar) Proyectos

7-1-2014

(terminar) Proyectos, (continuar) Proyectos, (empezar) Proyectos

Después de haber recibido el pasado día 5 el correo de la editorial, que me indicaba las nuevas correcciones del libro de Pozos de ambición, y después de haberme calmado un poco, le envíe un correo a Agustín esperando “tu consejo, tu sabio consejo”, al igual que Nacho Vegas el del Ángel Simón, mientras se confiesa cantando: “Que ahora estoy cansado. Y sólo tengo miedo de mi propia vida. Y que sé que lo tendré, toda la puta vida, decida lo que decida. Y estaba claro lo que Agustín me iba a decir, lo mismo que El ángel Simón: “Como tú siempre decías, 'formalidad poca, pero que dure'. Como tú siempre decías. Gracias. Así es y así será. Toda mi vida, decida lo que decida”. Y, estaba claro, esta mañana, tras leer el correo de Agustín, me he redimido de mis palabras del otro día y he hecho las correcciones que me pedían. Las últimas, espero.

Las correcciones me han tenido entretenido toda la mañana, en la que un paquete de papas tipo Pringles, con sabor a paprika se han convertido en mi comida. Quería terminar cuanto antes el texto y no me he levantado hasta poner el último punto. Escribir, papa de paprika, escribir, papa de paprika, escribir, dos papas de paprika, escribir, cinco papas de paprika, escribir, me he quedado sin papas de paprika. Se me han hecho casi las tres y Cyril ha llamado a mi puerta en el momento justo, nada más enviar el documento. Quería que le ayudase con unas pruebas para su cortometraje. Y eso he hecho. Sólo tenía que caminar por el jardín de la residencia siguiéndole de frente. Después lo ha proyectado en la pared de su habitación mientras me grababa un primer plano conmigo mismo caminando por detrás de mi cabeza. No estaba contento con la prueba, el efecto no era el deseado. Le he dicho que podía utilizar mi tela de croma, pero quiere algo más natural, aunque como último recurso lo agradecería.

He vuelto a mi habitación y le he enviado un mensaje a Hanneke para pedirle que sea mi actriz en Desaparecer. Sólo serán dos planos y saldrá de espaldas, pero es necesaria. Me ha dicho que sí. Así que he seguido preparando la grabación, que será el jueves. He seguido pintando el cuadro que en el corto hará de atrezzo. Pintar con acuarela es la eternidad y un día. Mientras pintaba, Cyril ha vuelto a llamarme para que le ayudase a subir un gran cristal que había tirado en el jardín y que quizás le podría ser útil para lograr el efecto que buscaba.

Al volver nuevamente a mi habitación he revisado la ficha del proyecto que me ha remitido Agustín. Entre que no se decir que no, y que no puedo estarme sin hacer nada, me he enfrascado en otro proyecto para escribir un libro. Hace unos meses, José Francisco Montero, el autor del único libro sobre Paul Thomas Anderson que hay en España, me envió una ficha en blanco para que la rellenase y presentase un proyecto para la nueva línea editorial de Macnulti. Si me apetecía participar, por supuesto. Después de la experiencia de Pozos de ambición no quería volver a escribir en solitario un libro de análisis fílmico, así que le comenté la posibilidad de coescribir sobre algo que le interesara a Agustín. Yo escribo sobre lo que sea, así que el tema, a priori, me daba igual y cualquiera sería bien recibido. Agustín me propuso uno, que por ahora debe permanecer en secreto. Lo trabajamos un poco y hoy le he devuelto la ficha rellenada a José Francisco Montero, sólo para ver que le parecía. Le ha parecido tan bien que la ha enviado directamente a su compañero que lleva la colección y al director de la editorial. Así que por ahora parece que para 2015 ya hay un proyecto de escritura encarrilado. En abril sabremos si nos lo han seleccionado.

Pero por el momento, yo sigo pintando, leyendo, escribiendo, fotografiando, grabando… Hoy también he hecho una nueva foto para La habitación blanca. Estaba comiéndome un triste sándwich y una mandarina, pues se me había hecho tarde y las papas de paprika comenzaban a hacer efecto en mi estomago, cuando me he fijado en un pincel que reposaba frente a la ventana. Me parecía una fotografía interesante y me ha hecho pensar que quizás sean los planos detalle lo que debería configurar el álbum de La habitación blanca. Luego he repensado que siempre es mejor que haya un poco de todo., que así salen las cosas más ricas.


Cuando me he liberado de un poco de faena he revisado el correo y he visto que Clàu xx, como me ha pedido que la nombre para el proyecto, me ha enviado una muy trabajada correspondencia fílmica desde Toronto. Allí si que es invierno, con nieve por todos lados, el hielo aferrándose a los cristales de los coches, la gente aborregada en sus abrigos nórdicos… Me ha gustado mucho la carta de Clàu, me ha alegrado el día ver que hay gente que se toma las cosas tan enserio, y con tanta gracia, como yo. Espero poder estar a la altura con mi siguiente correspondencia. Mientras tanto, sigo esperando la primera del resto de artistas que han decidido participar. Cada correspondencia fílmica es toda una sorpresa, tanto a nivel formal como de contenido. Si el proyecto sale completo con todas las ciudades creo que será el más interesante. 


Postal 1 Toronto from webDOCC on Vimeo.

He seguido preparando la grabación de Desaparecer. He cogido el storyboard y la cámara de fotos con el formato que quiero para el vídeo y he hecho una toma estática de cada plano que luego formará parte del vídeo. Todo iba bien hasta llegar a la parte de las piernas, que estaba pensado que primero me desapareciese una y luego la otra. Y que claro, como llevaré pantalón y se supone que sólo me desaparece la carne, no la ropa… Vamos, que cuando me he quitado una pierna del pantalón, éste se ha caído. Estaba claro, si el pantalón no tiene algo a lo que aferrarse se va a caer igualmente. Esto venía acompañado de que, aunque en los dibujos parecía muy fácil, en cámara era imposible taparme bien la pierna y que se viese el pantalón vacío. En resumen, he tenido que replantear la escena para grabarla en un primer plano en el que me iré arrastrando sin pantalones por el suelo, así cuando me cruce por delante de la cámara mis piernas habrán desaparecido. Después un plano de los pantalones caídos en el suelo. Esto implica que ya no pierdo las piernas escalonadamente, sino a la vez, con lo que no puedo subirme a la cama, evidentemente, por lo que el corto terminará conmigo tumbado en el suelo boca arriba cual tortuga (ninja), todo pintado de verde para luego poder hacerme desaparecer en posproducción. Ya veremos como sale. Pero para eso estoy aquí, para experimentar cosas y probar ideas. Que se me haya ocurrido Desaparecer me ha venido bien.


Entre fotografía y fotografía iba consultando el correo. He recibido uno de Rosabel, una amiga de María G., que es actriz y está viviendo en Berlín. Hable de ello con María G. por lo de un festival de cine corporal en el paisaje, en el que quizás podría colaborar con su amiga. Así, Rosabel me ha dicho de quedar el sábado por la mañana para tomar un café (yo espero que haya chocolate caliente o zumo de naranja, no bebo café). Y para dentro de unas semanas la idea es quedar con Bet, la directora de fotografía de Los chicos del puerto, también afincada en Berlín y que, muy amablemente, Alberto Morais me llamó el otro día para ponernos en contacto. Esto me recuerda que hoy han salido las goyescas nominaciones a los Goya, como ha dicho Ingrid Guardiola en un comentario muy acertado por el Facebook: “Una part del cinema espanyol és goyesc, una altra part no. "salvo algunas excepciones"”. Menos mal que han tenido la decencia de nominar a La herida. Lo de Caníbal (Manuel Martín Cuenca, 2013) estaba claro, por ella no había que preocuparse. Y la nominación a Neus Ballús a mejor dirección novel ha sido una buena sorpresa. De los documentales nominados, un año más, sin comentarios. Ceder a los indies ya ha sido más que suficiente con reconocer a La herida, no vaya a ser que esas pequeñas grandes películas como Arraianos (Eloy Enciso, 2012), Dime quién era Sanchicorrota (Jorge Tur, 2013) o El jurado (Virgina García del Pino, 2013) descubran que en España se hace buen cine, y así, desde el gobierno para recortar en cine, ya no puedan poner la excusa de que la gente no ve cine español porque es malo.


Por si me parecía haber hecho poco, la noche la he terminado pintando otro cuadro entre las pausas que el streaming de Nostalgia de la luz (Patricio Guzmán, 2010) iba teniendo. Todavía no está terminado, pero el efecto del óleo tal como sale del bote y después raspado ligeramente sobre las chorreras sanguinolentas del spray rojo hacen que desde la distancia el cuadro tenga un sentido del siniestro bastante logrado. Y es que todo consiste en esto: la luz, las capas y las superficies.


martes, 7 de enero de 2014

6-1-2014. Cara nueva y habitación nueva para desaparecer

6-1-2014

Cara nueva y habitación nueva para desaparecer

En un contexto que nada tiene que ver con mis intentonas, Los Planetas cantan: “Si te esfuerzas puedes desaparecer”. En otro contexto, diferente al de la canción de Los Planetas, y todavía más al de mis tentativas, Manos de topo cantan: “Tú sabes lo que hay que hacer, quiero verte desaparecer”. Con esto vengo a decir que hoy lo he logrado, al tercer intento ha salido la buena. Ya lo dicen los locutores de los partidos de la NBA: “Three is the magic number”.


Antes de eso, la mañana no ha estado vacía,  una cosa me ha ido llevando a otra y al final he hecho desaparecer mis brazos. Lo primero ha sido afeitarme, pues anoche  en el espejo del cuarto de baño me pareció ver a Mr. Hyde. Limpiando la cocina estaba la chica que estos días se encarga de ello. Por darle conversación le he preguntado por la tienda Boesner para ir a comprar materiales de pintura. Me ha indicado un lugar que no era, el Modulor, pero la tienda era del mismo estilo, un Media Markt de bellas artes. Y he decidido acercarme, así ocupaba la mañana.

Cuando he llegado allí se me han puesto los ojos como platos. “¡Ahora puedo hacer cualquier cosa que se me ocurra!¡Aquí hay de todo!”, he pensado. Enseguida he detectado un bote de pintura verde del mismo color que mi tela de croma. Después un spray, que sería más rápido. Varios lienzos, cajas de colores, un cuaderno con papel para pintar en acuarela, pinceles… estaba tirado de precio, aunque al final se ha hecho la suma y mis compras se han convertido en el regalo de reyes de mi tío, con el dinero que me ingresó en el banco. Porque del dinero de la beca… “fumando espero”.


A la vuelta he reorganizado la habitación para tener más espacio para pintar. He convertido la cama en sofá-cama, y así poder darle las dos funciones y estar más cómodo. He empapelado la pared con papel de periódico para poder pintar sobre ella y poder ahorrarme un caballete. Y he hecho la prueba para hacer desaparecer mi brazo. Una capa rápida con el spray verde, grabar y editar con el Final Cut. Perfecto. Cuando se pasa a blanco y negro la fusión con el fondo que queda detrás es prácticamente imperceptible. Puedo hacer Desaparecer. Le acabo de enviar un mensaje a Cyril por si quiere ser mi director de fotografía. Lo de quitarse la pintura es otra larga, larga historia de rascar, agua caliente, lavavajillas y paciencia. 



Después de comer me he puesto a editar el primer haikumetraje  inspirado en los haikus de Irene. He utilizado de fondo música de Debussy, muy apropiada, y he jugado con la luz y los barcos de papel teñidos de rojo. Lo importante, una vez más, el ritmo y la conexión imagen-música. Ha salido algo delicado y sutil, como un buen haiku. Estoy contento con el resultado. Haiku I – Senyal, al igual que un haiku tradicional que consta de tres versos, de cinco, siete y cinco moras, está compuesto por tres secuencias de cinco, siete y cinco planos, respectivamente. Igualmente se sigue la poética del haiku, que generalmente se basa en el asombro y el arrobo que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza. 




Haciendo tiempo, mientras esperaba a que el vídeo se subiera a Internet para poder enseñárselo a Irene y que me corrija el texto si he hecho mal la traducción al inglés, he empezado un lienzo en acuarela. Solo he podido darle una primera capa de amarillo, muy suave. Es interesante pintar en acuarela, va todo tan despacio, es todo tan sutil… creo que intentaré pintar un paisaje. De momento, ese fondo amarillo me servirá de atrezzo para Desaparecer.

Y entre unas cosas y otras he conocido a la nueva coreana, la que vive encima de mí y cuyo nombre no voy a escribir hasta que no lo vea escrito yo antes, porque si la pronunciación ya es difícil, escribirlo será más complicado que el de Lye, que hablando hoy con Sergio resulta que no se llama Lye, sino Liu. Y Liu debe de ser el apellido, no el nombre, que acabo de descubrir en la web de Glogau, recién actualizada, y que es Yunyi. Así pues, Liu Yunyi[1] siguiendo la posición oriental de apellido y nombre.

Y para rematar el día he escrito la crítica de La gran estafa americana. No la he enviado porque he visto que se estrena a finales de mes en España. La enviaré por esas fechas. Mientras tanto seguiré por aquí con los glogauers en este carnaval de las almas con el que me cruzo cada día. Sí, hoy he visto Carnival of Souls (Herk Harvey, 1962).

lunes, 6 de enero de 2014

5-1-2014. En el regalo de reyes habrá sangre

5-1-2014

En el regalo de reyes habrá sangre

La noche no había sido buena. El dolor me impedía dormir, así que me puse a traducir al inglés el guión/relato corto Desaparecer. Después comencé el storyboard para empezar a hacerme una idea de cómo podría ser el corto visualmente. Es muy fácil escribir sobre gente a la que le desaparecen los brazos, pero cuando tienes muy pocos medios, hacerlos desaparecer de verdad es muy complicado. Cada plano que pensaba para el storyboard lo hacía teniendo en cuenta el minimizar en la medida de lo posible, pero sin restarle intensidad, la aparición de aquellas partes del cuerpo que en el guión indica que me tienen que ir desapareciendo.

Se me han hecho las ocho de la mañana y he subido a poner la lavadora. Había alguien terminando de ducharse, por lo que la ha puesto todo lo rápido que he podido, para no cruzarme con la persona del baño y provocarle un susto mañanero. Con las prisas no he mirado el programa y he puesto uno de los largos. Casi cuatro horas ha estado lavándose la ropa. En este tiempo me he duchado, he desayunado, he subido con el libro de cuentos chilenos, he terminado de dibujar el storyboard, me he ido con Cyril ha buscar una especie de almacén de segunda mano que sólo abre los domingos pero hoy estaba cerrado, y he desayunado con él en una cafetería “francesa” donde vendían “pain au chocolat” pero las chicas que la llevaban solo hablaban alemán.


Cuando he vuelto ha casa he subido por decimocuarta vez a comprobar si la lavadora ya había terminado. Ahora sí, por fin. Me he encontrado con otra de las nuevas chicas que han llegado a la residencia. Una alemana, se llama Antje y es amiga de Hanneke. Después de tender me he puesto ha hacer pruebas para ver si puedo conseguir que mis brazos desaparezcan con facilidad utilizando la tela verde de croma. Las pruebas han resultado un fracaso, pero han salido otro efectos interesantes que podrían venirme bien para otro momento, pero no para Desaparecer. Creo que tendré que pintarme de verde limón los brazos si quiere hacerlos desvanecerse con “facilidad”. Mañana o pasado iré a comprar pinturas y, de paso, algún lienzo.

  
Haciendo pruebas casi se me han hecho las dos, y hoy me apetecía prepararme una comida decente. He cogido el portátil, lo he llevado a la cocina-comedor, he puesto a Julia Holter y he empezado a pelar patatas y calentar el agua para echar el arroz. En eso ha entrado Lye a hacerse su comida. Un día más, ya que hemos vuelto a coincidir, hemos comido juntos. Ya que tenía la música puesta le he preguntado sobre música y ha destacado el jazz. Después sobre cine, y me ha sorprendido. No sabía decirme películas en concreto, pero sí un director: David Lynch. “I love David Lynch”, le he dicho. Y hemos estado hablando de él un rato. Le he contado que ahora Lynch hace música. Como Lye no la había escuchado, he cogido el Spotify, he quitado a El hijo y le he puesto el último de Lynch: The Big Dream. Después le he preguntado que cineastas chinos le gustaban, por curiosidad, y también más o menos los mismos que a mí, los más conocidos por Europa. Lye lleva viviendo seis o siete año aquí y le gusta más el cine europeo que el asiático. Hemos hablado de Tsai Ming-liang, Hou Hsiao-Hsien, Wong Kar-wai, Jia Zhangke, Ang Lee…. Le he confesado que Ang Lee no me gusta especialmente. Ella me ha hablado de Almodóvar. Le he tenido que volver a decir lo de que no me gusta especialmente. Fuera de España sólo conocen a Almodóvar y a todos les gusta. Le he explicado que Almodóvar viene Fassbinder y éste de Douglas Sirk. Y al final ha llegado la gran revelación. Lye me ha dicho que le gusta un “filmmaker from Grease” he entendido yo.  Grease?”, le he preguntado. Y he buscado Grease (Randal Kleiser, 1978) en imdb. Se ha reído y me ha dicho que no. Insistía con el “Gris”, hasta que ha dicho “Angel… I don’t know the name, from Greece”. He saltado de la silla. “Ah! Greece!! Theo Angelopoulos”. “Yes, yes, that’s right. How is the name?”. “Angelopoulos. Is my favorite filmmaker. My last documentary is dedicated to him. I recently wrote a text about him and the new greek cinema”. Y hemos estado hablando un poco de las películas que había visto ella. Le he recomendado El viaje de los comediantes (1975). “Is one of my favorites movie”. Para rematar la jugada, después de hablarme de Angelopoulos, me ha hablado de Tarkovsky, y, por supuesto, le he dicho que tiene que ver Stalker.


Después de tanto cine de autor, he vuelto a mi habitación y me he puesto La vida secreta de Walter Mitty (Ben Stiller, 2013). Le he dedicado una demoledora crítica para Mone Monkey. He llegado a comparar su mensaje con el nazismo. Lo bueno de escribir y reflexionar, aunque sea brevemente, sobre las películas es que te hace darte cuenta de lo que realmente te ha parecido. Antes de escribir la crítica, la película me parecía simpática, pero al darle vueltas y analizar me ha parecido un horror, publicidad encubierta, hay que seguir el sueño americano, la crisis y las barreras no existen si te lo propones… y los sueños, sueños son.

Para quitarme el sabor mal sabor de boca me he puesto otro estreno que he encontrado por la web y tenía ganas de ver. Aquí, en Alemania, muchas de las películas que están saliendo ahora en España llegan tarde, y sin subtítulos en español, así que esta vez tengo que piratear. Si estuviese en Barcelona como el año pasado iría a verlas todas al cine. Enero de 2013 me lo pasé de sala en sala. Bueno, la película era La gran estafa americana (David O. Russell, 2013), que ha sido como volver al mejor Scorsese. Las películas de Russel me gustan, pero creo que no son para tanto. Me interesan, pero noto que por dentro están vacías. Suele coger géneros y marearlos, reformularlos, marcianizarlos, pero se queda ahí. El lado bueno de las cosas (2012) me gustó, pero de todas sus películas creo que me quedo con The Fighter (2010), también protagonizada por Christian Bale que, Batmans aparte, es un gran actor. Mañana o pasado escribiré la crítica del film.

Antes de ver la película me ha llegado un correo, un regalo de reyes que ha resultado ser carbón. Después de dos años, unos días antes de venirme a Berlín había hecho la última reescritura de mi libro Guía para ver y analizar: Pozos de ambición (Paul Thomas Anderson, 2007) y lo había reenviado a la editorial. Los últimos cambios y correcciones de estilo estaban a cargo de ellos, así que lo daba por zanjado hasta tener que revisar las galeradas. Pues bien, me ha llegado un correo de la editorial que me ha tocado mucho los huevos, así de claro. Después de hacerme recortar el libro en más de cien páginas, después de adaptarlo a una escritura más académica y aburrida, después de eliminar apartados completos porque algunos del consejo de redacción los encontraban forzados, después de hacer caso a cada punto y coma que me indicaban en las correcciones, después de reescribir el libro tres veces y tener que pasar tres vistos buenos… me han dicho esto:

Querido Adrián:
Había empezado ya a corregir tu libro, pero, además de diversos problemas  de redacción y estilo que ya me encargo yo de modificar, me he encontrado  con un problema que hasta ahora nunca había encontrado en ningún original. 
Y es que haces una sinopsis larguísima, pero, en el análisis, al menos en  el principio (5.1.3 y 5.1.4) no cuentas la película, sino que,  directamente, te fijas en las escenas o los aspectos más destacables, con  lo cual yo me pierdo. ¿Cuándo aparece H.W.? ¿Cuándo muere su padre? ¿Cómo  adopta Plainview a H.W.?
Tengo que confesarte que yo no he visto la película, pero tampoco había visto la mayoría del resto de películas que hemos editado y nunca he tenido ningún problema al corregir los libros porque siempre en cada uno de los apartados del análisis, además de analizar todos los aspectos relacionados con la puesta en escena, se "cuenta" el trozo de película que  corresponde al apartado.
Lo comenté el viernes en la reunión que tuvimos el Consejo Asesor de la  colección y les pareció bien que te vuelva a enviar el texto para que  arregles ese problema. Dicen que eso lo puedes hacer en un plis. Yo creo que deberías reducir la sinopsis, que debe ser solo "un resumen  claro de la trama del film, destacando sus distintas partes y los aspectos  esenciales" e incluir esa explicación más pormenorizada en el análisis.
Te envío el texto que yo tengo preparado, ya sin imágenes, que es mucho  más sencillo de manejar, para que hagas ahí las correcciones.
Lo siento, pero todos queremos que salga un libro lo más perfecto posible,  ¿verdad?
Hasta pronto. Un abrazo

No le voy a contestar mañana porque es día de reyes en España y no quiero molestar a nadie. Pero, pasado mañana les diré lo que les tengo que decir. En resumen será: que estoy aquí y no tengo tiempo para hacer esas correcciones, que los principales evaluadores les pareció bien el tamaño de la sinopsis, que si la parte descriptiva de las escenas no está en el análisis es porque me obligaron a quitar páginas y que, a elegir, como se supone que estos libros son para gente que está trabajando la película y ya sabe lo que sucede, con explicarla bien en la sinopsis no hacía falta repetirse, porque el lector es inteligente, y decidí eliminar eso antes que la parte de análisis que es lo verdaderamente interesante. Si me fuerzan mucho haré las correcciones, cuando pueda hacerlas. Si no, no. Y a la presentación del libro, si es que al final se publica y se hace presentación, no pienso ir. El libro me parece que es una mierda, así de claro. Y si quiero que se publique es porque me ha costado mi tiempo hacerlo. Un tiempo que cobraré, si es que cobro algo, con cuenta gotas y cuatro duros. Y si alguien quiere la versión completa, con todo lo interesante y lo que la hacía una guía diferente, aunque mal escrita, lo debo reconocer, la empecé a escribir en cuarto de carrera y eso se nota, le regalaré una copia o se la enviaré por email. Dudo mucho que vuelva a escribir un libro académico de este tipo. Tengo en marcha un proyecto sobre otro cineasta, y me he comprometido, pero más allá de ese no pienso volver a someterme a esta continua Sodoma y Gomorra a cambio de nada más que sentir la satisfacción y el reconocimiento de haber hecho un buen trabajo que después te destrozan. Y de satisfacción y reconocimiento no se puede vivir.

Y así, de mala leche, me voy hoy a la cama, con este infructuoso regalo de reyes que me parece a mí que si la cosa sigue así habrá sangre, o There Will Be Blood, como dice el título original de la película de Paul Thomas Anderson. 

domingo, 5 de enero de 2014

4-1-2014. Cantares y dolores

4-1-2014

Cantares y dolores

León Benavente dice las cosas claras cuando canta Revolución y advierte de que “se hunde el barco, se marcha la gente”.  Para prevenir esto, el gobierno español, que está devolviendo el país al siglo dieciocho con medidas como subvencionar clases de caza para niños de Castilla y León mientras recorta en cultura y sanidad, ha decidido que los jóvenes que salimos para buscar, ya no mejores, sino simplemente oportunidades laborales, perdamos el derecho a la sanidad pública en España si estamos tres meses fuera del país[1]. La Panda Proxeneta que nos gobierna, además, publicó esto de manera sibilina el 26 de diciembre, de manera encubierta entre el jolgorio navideño, el poco que se ha podido disfrutar este año.

Con esta noticia ha comenzado mi día, y he preferido no salir de casa no vaya  a ser que me tropiece, me rompa una pierna y  luego a ver quién me ayuda. He estado toda la mañana editando el vídeo musical entre el cante flamenco y el canto tradicional coreano, al que he llamado, simplemente, Cantares. Pensaba que sería más fácil hacerlo. La idea inicial era hacer un pantalla dividida en cuatro barras, cuatro franjas, y cada una ocupada por uno de los protagonistas de los dos vídeos. Es decir, en el vídeo coreano sale la mujer cantando y el hombre tocando el tambor, y en el vídeo flamenco tenemos a la chica cantando Soleá y al guitarrista. Uno por cada franja e intercalados. Pero claro, cada vídeo tiene un montaje diferente y era imposible para dividirlo en franjas y que siempre apareciese el mismo personaje en cada una. En resumen, aprovechando el fondo negro de ambos vídeos he jugado con las sobreimpresiones, la pantalla partida, la opacidad y las escalas para ir alternando o colocando simultáneamente las dos actuaciones, y así, por ejemplo, podemos ver a la cantante coreana mientras, por detrás, vemos la guitarra flamenca. El resultado ha sido bastante interesante. Yo creo que hay muchas similitudes, al igual que diferencias, por supuesto, entre ambas culturas y sus tradiciones. Isaki Lacuesta ya trabajo un poco este aspecto con la japonesa que va a estudiar flamenco en La leyenda del tiempo (2006), por lo que no soy el único que lo piensa y no debería preocuparme tanto que a alguien le sepa mal o le parezca un chiste de vídeo. 


Cuando he terminado, para despejarme, he salido a dar una vuelta. Una vez más, he pasado dos veces por delante de la librería española Bartleby  y no me he atrevido a entrar. Los sábados es día de vermut y mejillones y hay más gente de lo habitual. Prefiero ir un día tranquilo y así si la pifio pidiendo “un libro para llevar”, por ejemplo, no será muy grave. Que esté en un bajo y haya que descender por unas escaleras tampoco ayuda mucho ha que me sienta más seguro para entrar.

A la vuelta tenía un mensaje de Cyril en el ordenador. Había encontrado a las dos actrices para su cortometraje. Estaba contento y quería celebrarlo, así que me ha dicho de ir al Soulcat a tomar algo. Allí hemos pasado la noche hablando de nuestros cortos por hacer, los que vendrán, sobre cine, sobre por qué Berlín, sobre que me vendría bien una novia, sobre que el otro día cuando se volvió solo desde el Gretchen Club se peleó con uno que intentó robarle la cartera, sobre por qué no intenté nada con Florence…. Le he hablado de Desaparecer y me ha dicho que si necesito ayuda me echará un cable. Yo igualmente con su corto, pues necesita a un sonidista. A las doce hemos vuelto a casa. Me he ido directamente a la cama, no si antes comprobar correos y demás sentado en la silla del pasillo mientras me comía una galleta de chocolate. Un mensaje de Sofía a puesto un happy end al día.

Pero el día no terminaba ahí. El destino quería que mi comentario sobre la sanidad publica española no fuese únicamente una crítica, sino que tenía que estar justificada, así que a las tres de la madrugada un dolor me ha ido destrozando la espina dorsal, suavemente, como cuando vas perdiendo el efecto de la anestesia después de una operación. Me retorcía de dolor en la cama y no podía tragar la saliva. Ha sido como uno de mis ataques de alergia, pero esta vez de manera gratuita. Creo que es la tercera vez que me pasa, una por ciudad, Castellón, Barcelona y Berlín. Me he tomado las pastillas de la alergia por si acaso, y he ido al baño a vomitar la saliva mocosa que se me iba acumulando en la garganta. El dolor se ha hecho más soportable, pero imposible volver a dormir. Para dejar pasar el tiempo y centrar mi mente en otra cosa me he puesto a escribir. Ya lo dijo Woody Allen: “Escribir, en más de un aspecto le salvó la vida”, el gobierno español no.